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LOS

H~CHOS·

.DE

LOS

APOSTOLES.

paene totius Asiae , Paulus hic

.suadens 3verti t multam turbaD),

di cens:

Quoniam

non sunt dii,

qui manibus fiunt.

27 Non solum autem hace

_periclitabitur nobis pars in re–

dargutionem venire , sed et·

magnae

Dian~e

Templum in

nihilum reputabitur , sed et

destrui incipiet maiestas eius,

quam tota Asia ct orbis co–

.lit.

_ 28 His auditis, repleti sunt

ha , et exclamaverunt dicentes:

:Magna Diana Ephesiorum.

29 Et impleta est ·civitas

,con fu sione, et impetum fecerunt

,uno animo in theatrum, raptio

G aio et Aristarcho Macedoni–

bus , comitibus Pauli.

30 Paulo autem volente in-

trare

in

~opuJum

, non permi–

serunt discipuli.

. 31 Quida1n autem et de Asiae

Principibus, qui erant amici eius,

_!Iliserunt ·ad eum rogantes ne se

daret in theatrum:

32 Alii autem aliud clama–

banc : Erat cnim Ecclesia co»fu–

-sa : et piures nesciebant quYex

causa convenissent.

33 De turba autem detraxe-

mas .por toda Asia retrae 'con sus

·persuasiones este Pablo muchas

gentes, diciendo: Que no son Dio–

ses los que son hechos de manos.

27 Por lo qua! no solamente

_corre peligro que nuestra profe–

sion.

venga en descrédito, sino que

el Templo de la grande Diana sea

tenjdo en nada ,

y

comience a

ir

por tierra la magestad de aquella,

a quien toda el Asia y el mundo'

adora.

28 Oído esto, se llenaron de

ira, y alzaron el grito diciendo:

Grande Diana la de Epheso

2

29

Y

se llenó toda la Ciudad

de confusion, y todos a una arre–

metieron al theatro

3,

arreba tan–

do

a-

Gayo

y

a Aristarco Mace–

donios, compañeros de Pablo.

C

30

Y

q'ueriendo Pablo entrar

al pueblo

~· ~o

le dexa ron los

discípulos.

31

Y

tambien alg ·nos de los

principales de Asia s, que eran

sus

amigos, le envjaron

a

rogar

que

no

se

presentase

en

el

theatro:

32

Y

otros gritaban otro:

Porque Ja concurrencia era con–

fusa : y los mas no sabían por

qué se habían juntado.

33

y

sacaron a Alexandro •

~

~

1

ULPIANO

Juriscons o

obsen·a

que

entre los pocos Dioses que se permiria a

los

Romanos instituir herederos de sus

bienes , era uno

ia

Diosa

Diana

de

Eph~o.

-:z

Así comenzaron a gritar ;

y

corrien–

do por la Ciudad como unos furiosos, en–

comr:uon

a

Gayo

y

Aristarco , que reco–

nociendo ser compañeros de Pablo , los

:~.rrastr:tron

a

la plaza pública en donde es–

t;lb:t el Thcarro, que era el lugar donde or–

din:lriamcnte se

juntaba el

pueblo ,

y

se

sust:Jnciaban las causas 'con designio de

que

se

les condcnasé

;~.

mucrtf ,

o de

ex-

ponerlos

al

furor

de aquel

pueblo amoti–

nadb.

3

MS. E entraron ncelerad.-unientt>

d~

1m

corazon

a 1111

lugar o iudgabmJ

los

om..

bres.

4

O

para

soscg:u

al

pueblo ,

o

para

morir por Jesu Christo.

.

s Esros

eran unos Oficiales que las Ciu–

dades

de

Asia escogian entre los Sacerdo–

tes de los ídolos

p:1ra que

cuidasen de

Jos

juegos

y

expeéH.culos públicos ,

y

presi–

diesen

en bs juntas del pueblo.

6

l os.

J

udlos temiendo por sí

,

por-