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LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES.
Sanél:o et nobis , nihil ultra im–
ponere vobis oneris quam haec
necessa ria :
29 Ut abstineatis vos ab im–
mo1atis simulachrorum ct san–
guine et sulfocato et fornica–
tione ; a q uibus custodientes
:vos , bene agetis. V alete.
30 llli ergo dimissi, descen–
derunt Antiochiam: et congrega–
ca multicudine tradiderunt Epi–
stolam.
31 Quam cu m legissent, ga–
visi sunt super consolatione.
32 ludas autem et Silas, et
ips< cum essent Prophetae, ver–
bo plurimo consolati sunt fra–
tres , et confirmaverunt.
e
33 F aél:o autem ibi aliquan–
to
te
mpore , dimissi sunt cum
-pace a fratribus ad eos qui mi-
-serant ilfos.
34 Visum est autem Silae
-cibi remanere : l udas autem so–
lus abiit Ierusalem.
'
No absoluta
y
generalmente ,
w,.~x
ecpcion de la fornicacion , sino aren'!ticlas
las
circunstancias de los tiempos , lugares
'y
Í>Crsonas.
Porque
esta
ordenacion solo
fué por algnn tiempo ,
y
para las
lglesias
en que estab:m mezc ·dos los Judíos
y
Gentiles convr.:nidos. ,T uoM.
eod.loc.
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T . G r.
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i<ttrroi' yi-
111<8; ,
i.Tfpo•'
,u~
:ro.ti'J~
,
y
o
que
1lO
que–
reis que se os ltnga .-e vosotros ,
110
lo ha–
g ais a otros.
l
.MS.
Vafr:t.
Es-re Concilio de
Je,·u–
-salem ha
servido de modelo p?.r:l los
Con~
cilios celebrados despucs en la Iglesia , a
·fin de dl!cidir las conrrovcrsias que se han
movido tocantes a la Fe
y
a
IJ
Disciplina
Eclesiástica. Se propone
la
controversia
en el
T~·ibun:d
de
la Iglcsi:.. Se congregan
los Apostolcs
y
los
1
resbyteros u Obis-–
pos. Se consulta el l?unro , .
y
se delibera
¡obre éL Cada wno Q¡cc ¡u d1ébmcn-;
y
i"C
píritu Santo
y
a nosotros-, de -no
poner sobre vosotros mas carga,
que estas cosas necesarias
J: •
29 Que os abstengais dé cosas
sacrificadas a ídolos
y
desangre
y
de ahogado
y
de fornkacion
';y
guardándoos vosotros de estas co–
sas, hareis bien. Dios os guarde'·
30 Ellos pues despachados de
esta suerte , fUeron a Ant!oquía:
y
habiendo juntado a Jos fieles
entregaron la carta.
3
I
Y
qt~ando
la hubieron leí–
do, gozáronse de aquel consuelo •.
32 Y Judas
y
Silas que eran
Prophetas
s ,
consolaron con mu–
chas palabras a los hermanos ,
y
los confirmaron en la fe.
.
3~
Y despues de haberse de–
e;tenido allí algun tiempo, los her–
manos los despacharon en pa"- a
los que
lo~
h ;Wl enviado
6 •
34 Silas no obstante tuvo por
bien queda rse allí:
y
fuése Juda$
solo a Jerusalem.
decide. S. Pedro, como cabeza del Con–
cilio , propone la qiicsrion ,
y
d:í
e)
pr~mcr6 su diCtamen. Santiago, ,
y
lo mismo
hemos de decir
de
los otros , dicen ram–
bien
el
suyo. Se apoya
la
dccision con
testimonios de la Sagrada Escritura ,
y
s~
formaliza de
..-
1.
mun consentimiento. Se
pone por cscn o , no como un juiCio
hu–
m:mo , sino como
un
oráculo del E spí–
ritu S:mro. Se envia a bs I glesias ,
no
para que la ex5.mincn , sino para que la
reciban
y
cumplan con
la
mayor
su~mi
sion.
4
V iendo que losGentiles podían
con~
seguir la salud sin estar sujetos a
l:t
circun·
.cision ,
y
al
yugo de las ceremonias le–
gales.
5
Llenos del Espíritu Sanro , como
dexamos explicado en el Cap. x
11
r.
J .
'
6
T . Gr. 'ñfk
7
~t" ;:.7T,,&)..~tr
,
a los
Apóstolu.