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SAN M A THEO.

15 Et ait illis Iesus : ¿N utiJ.–

quid possunt filii sponsi lugere

qua mdiu cum illis est sponsus ?

Venient autem dies cum aufe–

retur ab eis sponsus : et tune

'-..:_~.aQ.I:lnt.

0

16~~mmittit

commissuram panni rUdtS- in ve–

S(limentum vetus : tollit eni m

p':lenitud inem eius a vestimen–

to , et peior scissura fit.

17 Neque mittunt vinum

n:;>–

vum in utres veteres; alioquin

rumpuntur utres , et vinum ef–

funditur , et utres pereunt. Se¡!

vinum novum in utres novÓs

mittunt, et ambo conservantur.

I

8 H aec

a

illo loquente ad

eos , ecce Princeps unus acces–

sit, et adorabat eum, dicens :Do-

·mine, filia mea modo defunél:a

est : sed veni , impone manum

tuam super eam , et vivet.

respuestas del SalvadoL' , se valieron de los

éiscípuJos de San

Juan

para atacarle de

nuevo.

Y

en vez de imitar la profunda hu–

mildad de su Maestro , llegaron estos a

preguntar al Señor de un modo tan orgu–

lloso , que merecía

u~

severa reprehen–

sion. Pero el Hijo de D10s se contentó con

instruirles , usando de la mayor dulzura,

y

diciéndoles:

Que los hlj'os del esposo no

po1in.n estar en tristeza miéntrns que

el

cs']i'oso estaba en su compañ{a.

Esta es una

frase Hebrea ;

y

aSí

los hijos del esposo

no

quiere decir otra cosa , que sus amigos o

compañeros; haciendo alusion a lacostum–

bre

que

habiaantiguamente

de

dar a los

<}ue

se

casaban algunos jóvenes

que

los acom–

pañasen en todas laG ceremonias de su bo–

da,

y

estos se llamaban

los hiJos

dd

espose.

l

MS.

En uestidura uiedra.

2

LaversionAn~ia "'~uitasufortnf~

...

za

del vestido

vi~jo

s

mayo~.!

a rotura.

3

Con rodas e as campar

~

1lncs

qui–

so.dar a

entP.-",

er el Salvador ,

:.~;~

sus dis...

a

are. v.

22 .

Luc.

VII

~41.

I

5 Y díxoles

J

esus :¿Por ven–

tura pueden estar tristes los hijos

del esposo miéntras que está con

ellos el esposo? Mas vendrán dias .

en que les será quitado el esposo:

y

entónces ayuna rán.·

16 Y ninguno echa remiendo.

de paño nuevo en vestido viejo ':

porque se lleva del vestido quan–

\..0

alcanza , y se hace peor la ro–

tura

:z .

{.;e

Ni echan vino nuevo en

odres viejos ; porque sino se rom–

pen los odres, y viértese el vino,

y

se9 íerden los odres. Mas echan

vino nuevo en odres nuevos ,

y

asi

se

conserva~

los qdres y el vino

J.

18 Diciendo él esto a ellos,

he aquí un Príncipe se llegó a él

y

adoróle , diciendo: Señor, aho–

ra acaba de morir mi hija • : mas

vén, pon tu mano sobre ella,

y

vivirá '.

cípUlos como no habian aun sido renova–

dos por el Espíritu Santo , no d(!bi:m ser

toda

ía

cargados con excesivas obras de

penit

~'CÍa.

Pero luego .que les fué quitado

el esp ·....,; esto es, dcspues de la muerte

de Jes l!(;hristo, su vida fué una contínua

mortific .Ion. Enseña tambien con esto,

que no s lha

de

atender tanto a la morri–

ficacion , que se crea esrrivar en elb pre–

cisamente

la

substancia de la Ley , o que

AOr esta f.1ltemos

a

los deberes esenciales

t.t:le nuestro popio estado.

1

MS.

Semzor

,

mi jica es jinad:r.

s Un PrÍizcipe.

Unos lo eran de f.1mi–

lia ;

otros por sus empleos : esre era

Pl'ín–

cipe o Gcfe de

b

Synagoga ,

y

se llama–

ba J ayro.

Su

hija , para quien pedia lasa–

lud ,

era

{mica

y

de edad de doce aiíos.

Luc.

VIII.

41. Y

en el mismo Evangelis–

ta se vé que aun no habia muerto, solo sí

que estaba muy a los últimos ; pero le ha–

bló así al

Señor ,

creyendo sin duda

que

habria ya

m

1l'tO

al

tiempo que le hablaba.