CAPITULO XX.
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5 Et cum se inclinasset
vi–
dit posita linteamina: non tamen
introivit.
6 Venit ergo Simon Petrus
sequens eum, et introivit in mo–
numentum , et vídit linteamina
posita,
>
7 Et sudarium quod fuerat
super caput eius , non cum lincea–
mini bus positum, sed seplratim
involutum in unum locum.
8 Tune ergo intrOi\cit et
U–
le discipulus, qui venerar primus
ad monumentum: et vidit, et cre–
didit:
9 Nondum enim sciebant
Scri pturam, quia oportebat cum
-a
mortuis resurgere.
10
Abieruot ergo iterum di·
scipuli ad semeti psos.
·
I 1
Maria • autem stabat ad
monumentum fo ris plorans. D um
ergo fleret, inclinavit se, et pro–
spexit jn monurnentum:
1 2
Et vidit duos Angelos in
albis sedentes , unum ad caput
et unum ad pedes, ubi positum
fuera t corpus Iesu.
13 Dicunt ei iiJi : ¿Mulier,
quid ploras? ·Dicit
s : · Quia
c:ulerunt Dominum meum , et
nescio ubi posuerunt eum:
14 Hace cum dixisset, coo–
versa est retrorsum ·, et vidit Il–
sum stantem : et non sciebat quia
lesus est.
5 Y habiéndose
inclinado
vió Jos lienzos puestos : mas no
entró dentro.
6
Llegó pues Simon Pedro,
que le venia siguiendo , y entró
en el sepulcro , y vió los lienzos
puestos,
·
7 Y el sudario que
ha~
te–
nido sobre la cabeza , no puesto
con Jos lienzos, sino envuelto en
un lugar aparte.
4
8
Entónces entró tambien
el otro discípulo que había lle–
gado primero al sepulcro :
y
vió ,
y
creyó
1
:
1
9
P orque aun no entendían
la Escritura, que era menester que
él resuci tára de entre los muertos.
10
Y volviéronse otra vez
Jos discipulos a su casa.
I
;¡¡
Pero María estaba fu era
llorando junto al sepulcro.
~
estando así llorando , se. incli–
nó.,
y
miró hácia .el sepulcro :
12
Y vió dos Angeles vesti–
dos de blanco, sentados uno aJa
cabeza y otro a los
pi~s,
en do/!–
de había sido puesto el cuerpo ,de
Jesus.
13
Y dixWnle : ¿ Muger,
por qué lloras? Dlceles : Por–
que llevaron de aquí a mi Se–
ñor,
y
no sé donde le usieron. a
14 Y quando esto · hubo di–
cho, se volvió atrás , y vió a
J
esus que estaba en pie : mas
no sabia que era
J
esus.
•
1
Quedaron persuadidos que era cicr-
entendieron, estando acostumbrados a oir-
to Jo que
la
]\'{ngdalena les habia dicho;
le decir un gran número de parábolas , e
esto es, que se habian llevado el Cuerpo
imaginándose que lo que decía de su Re-
Jet
~cñor.
Y así aunque Jesu Chrisro les
§urrcccion, pc.d!P.rtambien significar figu-
llabia dicho divt:rsas veces
u~
resucit:tria
radar~nte
otra cosa.
S.
AucosT.
in I()mm,
cl lcrccro,dia despues de
uen e ,
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