SAN JUAN.-
Dicit
~is:
Mittite in dex-
.teram navigii rete· ; et invenie–
ti s. Miserunt ergo; et iam non
valebant illud trahere prae mul–
titudine piscium.
7 Dixit ergo disc\pulus
il–
le ,. quem diJ¿gebat Iesus, Perro:
Doo;W,nus est. Simon Petrus cum
auóisset quía D ominus est,
tu–
nica succinxit se, erat enim nu–
dus, et misit se in mare.
8
Alii autem discipuli na–
vigio v.enerunt, no·n enim le n–
ge erant a terra, sed quasi cu–
bitis ducentis , trahentes rete pi–
scium.
•
t
9
-Ut ergo descehderunt in
t err?m viderunt prunas posi–
~as
et piscem su perpositum et
panem.
I
o Dicit eis Iesus : Ajfert
de piscibu.s , quos prendil'fistis
~c.
1-r
Ascendit Simon Petrus,
et traxit rete in terram plenum
magnis piscibus , centum quin–
~aginta
tribus. E t cum tanti es–
sent , non est scissum rete.
r
z.
Dicit eis lesu
S :
Venite,
-prandete. Et nemo audebat di–
scumbentium
¡__·
rrogare "eum:
¿_Tu quis es? scientes quia Do–
m inus est.
€
.13 '
J1í,.
pit panem
similiter.
venit Iesus , et acci–
et dat
~is
, et piscem
1
E s'ra era una figura
del grande
nú–
mero de almas que habi. .
~
de convertir
los Apóstoles a la fe de Jesu Christo.
2
T ., Gr.
Tilv
imv,
N-n,~,
In ropa ex–
terior,
de la
que~o:
:1!
~desnudo
: peto
ceñid-o siempre de
la
rumca interi
f·
En
esta ocasion se descubrió la grande luz
y
c:levacion de espíritu en S. Juan :
y
en
6 D íceles : Echad 1!1 red a
la derecha del barco ; y halla–
réis. Echaron la red ; y ya no
la podían sacar por la muche–
dumbre de los peces'. .
7
Dixo entónces a Pedro
aquel¿liscípulo a quien amaba Je–
sus: El Señor es.
Y
Simon Pedro
.quando oyó que era el Señor, ci–
ñóse
¡p
túnica
2
,
porque estaba
desnuao, y echóse en la mar.
8
Mas los ·otros disclpulos
vinier<fn en el barco, porque no.
estaban léjos de tierra , sino
co.:
mo doscientos codos ' , sacando
la red «:on los peces.
9 Y
Juego ·que saltaron
en tierra vier_on .b¡asas pues–
tas y un pez sobre ellas
y
pan •-
ro
D íceles Jesus : Traed acá
de los peces, que cogisteis aho-
ra.
I I
E ntónces subió Simon Pe–
dro ,
y
traxo la red a tierra lle–
na de grandes peces , ciento
y
cinqüenta y tres. Y aunque eran
tantos , no se rompió la red.
I 2
Díceles
J
esus : V enid, co–
med. Y ninguno s de los que co-.
mian
co~l
osaba preguntarle:
¿Tú quién eres ? sabiendo que
era el Señor.
I
3 Llega pues
.J
esus '
cy
ta–
llando el pan dáselo a· ellos,
y
lo mismo el pez,
S. Pedro el fuego
y
extremado ardor con
que buscaba siempre a su Maestro.
3
Como ciento
y
diez varas.
4
Esto fué un nuevo milagro con que
el
Señor avivó mas
y
mas la fe de sus A–
póstQ!es.
s
T.
Gr. :
¡..w.:JHT4ír,
d~
los
dis~í
jiJdus.