DISERTACION PRELIMINAR.
XIX
que hace a
l:t
Latina
,
tuvieron el mejor suceso los conatos de aquellos hombres pru–
dcnt<::s
y
juiciosos; pues
hallan~os
en todas las Naciones,
y
singularmente en
la
I ra–
liana muchos Escritores de un mérito muy relevado , que la han r'ratado
y
rrat;m
con una pureza comparable a la del siglo de Augusto. Mas por Jo que mira a
la
Castell:ma
,
no sé si me atreva a decir lo mismo ;
y
~un
me inclino a afirmar que
está tan léjos de aquella magesrad , fluidez
y
naturalidad a que llegó , que son mu,.
pocos los escritos de nuestros tiempos , que puedan ponerse
al
lado de JoS del si–
glo
XVI.
W
~
Causa verdaderamente admiracion , que se hayan hecho tan conocidos progresos
en
l:t
rest:mracion de la lengua La¡¡na,
y
que.padezca
la
nuestra un arraso tan con–
siderable en esta parte. Pero cesará luego nuestra admiracion , si entrando sin preo–
cupacion a indagar la causa verdadera de esta diferencia , conocemos
y
confesamos
-
• •
.
1
de ty.ena fe, que llevamos errado
el
cammo ,
y
que no seguunos e que aque!Jos
trillaron para restituir la lengua Latina a su primitivo lustre. Estos pues , desechan–
do todas aquellas voces nuevas
y
peregrinas que se habian introducido , a excepciori
de aquellas que o por necesidad o porque no habia otras , adquirieron legítimo de–
recho entre las Latin;s , se ciñeron a no usar de otras que de las que hallaban auto–
rizadas con el uso de Jos Escritores mas puros del siglo de Augusto ;
y
por este me–
dio llegaron al fin que se habían propuesto. Por manera , qug
el
que pretende escribir
el
Latín con pureza
y
propiedad , ha de poner necesariamente la mira en que se pa–
rezca lo que escribe
a
lo que nos
ha
quedado de aquellos tiempos en que tuvo su
mayor perfeccion la lengua Latina :
y
el que se aparta de este rumbo
y
sigue orto,
d.í. consigo al través
y
cae en
un
estilo bárbaro , impropio
y
desaliñado. Pues
.?
este mismo modo
8
entiendo yo que en vano pretenderá hacer alarde de que posee la
pur~za
y
perfcccion de la len'
1.
~astellana ,
el
que en lo que escribe
y
habla
,
no se.
acomoda al estilo
y
expresion , que admiramos en los Escritfres mas puros del si–
glo
x v
1
;
y
que los que no siguen este camino
,
y
dexando el uso de las voces
propb.s
y
nativas , les substituyen otras nueVas
y
extrangeras , en vez de
enriqu,~cerb , la empobrecen
,
la
~forman
,
~
corrompen
y
adulteran.
La
substitucion o introduccion de nuevas voces debe hacerse siempre con
el
mayor
tiento,
y
tomándolas , si puede ser
lll
de las lenguas eruditas. l os anriguos
R omanos ,· aun en la época mas feliz de la su
y
a ,
habiendo tomado de los Griegos
los conocimientos de las ciencias , de ellos solos recibieron voces nuevas para enri–
quecer
la
propia ;
y
esto lo hicieron con la cautela
v
arsimonia que advierte Hora–
cío en su Arre Poética :
Pnrct
detorta.
Se
advierte igua
...
, que estos mismo's
Romanos , quando escribían en Diálogo o en otros gév ros que piden estilo peculiar
sin la menor nota de afetlRcion ;
y
por el contrario, con la mayor graC'i a hicieroa.
uso de muchas voces
antigu:n , cjue
en
el
comun
y
corriente hubieran merecido
una
Tom.
l.
'*..,•2
~