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lliSERTACION PRELJMINAR.-
ramcnto : lo que han
reconocido
y
confesado los mas h,ábiles ,
y
mé.nos
pteCicupa-;
dos Protestantes , cspccialmen te Luis de Dios
1
,
Grocio
2
,
Drusio a
y
.Millio
~;
y
aun Pablo Faggio s trata de semidoélos
y
hombres sin vcrgiienza a los que se
atreven a hablar mal de esta célebre cdicion V u!gata.
Como para evitar la conilsion que nacia de Ja muchedumbre de ediciones Lari–
'llS
que dexamos dicha , le pareci6 a San Dámaso conveniente
el
fixar una que fue"t"
se ·corretl:a ,
y
despues a los Padres del Concilio de Trento el declarar Aurhéntica
e:fa misma Vulgata de San Gerónymo , :itecdicndo en esro a la uniformidad de Ja
Fe
,
y
a que quedase determinada la regla de nuestra creencia ; así tambicn para la
conformidad en los Oficios Divinos d$ toda la
Ig~sia
Larioa ordenó
el
mismo Con–
cilio
6
que se retuviese
el
uso que había de celebrarlos en lengua Latin,1. con las sa–
gradas lecciones de la Escritura en el
~ismo idio1~a
,
prohibiendo el uso de las len..
guas vulgares en estos aétos
y
solemnes ministerios de Religion. Y
el
Papa Pio lv;
en el Indice de Libros
,
que publicó en conformidad de lo '\cardado por los Pa–
dres de Trente
,
prohibió en las Reglas
III
y
JV
la indiscreta lcccion de Jas San–
tas .Escriruras en lengua vuJgar ; pues pudiendo algunos abusar de cosas tan samas,
no debía permitirse dich.a Jeccion sin licencia del Ordinario o del Inquisidor , que
ciertamente la dispensaría a los que conociera capaces de aprovecharse de tan respe–
table lcétura. Y así es notoria falsedad
y
calumnia de los Prorcsranrcs el decir que
la Iglesia Cathólica prohibe absolutamente las traslaciones de la Biblia en idiomas
vulgares , como lo advirtió el Cardenal' Bclarmino
7
contra Kemnicio.
. '- Es
verdad que se condenaron por el Papa Clemente XI en
la
f:1mosa Bula
Unigenitu.r
las proposiciones 79 , So , 81 , 82
,
83 , 84
y
85 del Padre Quesncll,
en que este Autor propone como necesario el estudio de las Sa8i:adas Letras para
todos
,
doél:os e
indo~s
, hombres
y
mugercs
¡
y
pa,ce se proscribi6 tambien en
la
misma Bula
el
uso de la Escritura en qualquicra de las lenguas vulgares. Para poner
en claro este punto tan importante , es preciso repetir en este lugar , que a la Igle–
sia.•pertenece la custodia e inrerpretacion de las Santas E scrituras :
y
que ella debe
conocer de
la!
traslaciones que se J1an de po{ler en marf.;)s de los fieles ,
y
prescri~
bir. el uso que se ha de hacer de aquellas en los Qficios públicos de la Rcligiom
Que los
Protestante~
y
Seél:arios ,
des~reciando
la suprema autoridad de esta Madre
y.
Maestra universal , imprimian a cada paso Biblias compuestas por ellos
Cf\
lcn–
'guas vulgares ; es a saber , en Alemán , siendo Lutero uno de sus primeros traduc–
tores ; en .Polaco, en
~~a
b
publicaron
los
Socinianos : en Inglés , Fr:m.:.
1
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