96
SAN MATHEO.
bi unum , Moysi unum, et Eliae
unum.
5
Adhuc eo Joqucnte , ce–
ce
nubes
lucida
obumbravit
eos
n.
Et ecce vox de nu–
be
dicens
: Hic est
Filius
us dileétus ,
in quo mi–
h
ilbt."i\
complacui : ipsum au–
d¡ "e.
6 E t audientes discipuli ce–
ciderunt in faciem suam , ct ti–
muerunt valde.
7
Et accessit Jesus , et te–
t igit eos, dixitque eis : Surgite,
et nolite timere.
8 Levantes autem
oculo~
suos , neminem viderant , nisi
solum Jesum.
9 Et descendentibus illis de
monte , praecepit eis Iesus , di–
ocens :
N
emini dixeritis visionem,
donec Filius hominis a mortuis
resurgat.
10
Et interrogaverunt eum
...
r
San Pedro no se había aprovechado
de In severa reprehcnsion que el Señor le
hizo,
y
parece que no tenia aun gusto si–
no de las cosas
human:f~
;
porque no con–
taba con las antiguas prophecías , ni con
lo que trataban entre
SI
el
Señor, Moysé5
y
]~lías.
No osaba oponerse a las claras a
qth padeciese su Maestro , porque le ba–
bia tratado de contrario en otra ocasion
que quiso resistirle , pero lo procuraba co–
mo por ciertos rodeos.
S.
CnRYSOST.
bz
M attlt. H om.
LVII.
Todo esto lo habl¡,ha
siu sabrr
lo
que se deci.'l,
como lo expiTca
S.
MARcos
Ix.
y
S. LucAs
rx.
J3 ·
puesro
que de este modo
s~poni:l
a la redencion
de todos los hombres,
y
a la suya propia.
"
Esta era la misma voz del Padre,que
sedex6 oir en el Jordán cf.:landoel Señor fué
bautizadopor el Bautista.Supr.
!
)p.Ili.IJ.
Aquí se añade:
A
¿¡
escucltfl
esto es,
frudf¡~,
y
poned en él toda
:stra coo-
n
IJ.
Petr.
.r,
17.
Supr.
1 J.
17.
\..
una para
tf ,
otra para Moy 's•
y otra para Ella
'.
5 É l estaba aun hablando,
quando vino una nube luminosa
que los cubrió con su sombra.
Y
he aquí una vo7,. de la nube di–
ciendo: E te es mi H ijo amado,
en quien yo mucho me he com-
Jacido : a él escuchad '.
· n
6 Quando Jo oyeron los dis–
cípulos cayeron sobre sus ros·
tros (r y tuvieron grande miedo.
7
Mas Jesus se acercó , y to–
cólcs , y díxoles : Levaotáos,
y
no c;::mais.
8 Y ahando sus ojos , a
nadie vieron , sino solo a Jc-
sus.
9 Y al baxa r ellos del mon–
te , les mandó J esus , diciendo:
No digais a nadie esta vision,
hasta que el H ijo del hombre re–
sucite de entre los muertos '.
10
Y preguntáronle sus dis-
fianza; obedeced le en todo lo que os diga.
'
N o quiso
d
Señor que los Apósto–
les contasen a un pueblo todo carnal lo
que
hab~c'l
visto , temiendo que
b
gran–
deza del prodigio los hiciese rnas incrédu–
los ;
y
que dcspucs
de
h.,bcr oido
cSf.I
transfigurJcion tJn glorios.t , sirviese de
cs–
d ndalo su muerte .tunos espíritus
tan
gro-
An.;-ros en
l:t
inteligencia de los
~ecrctos_
de
\,...
la DivinaSabiduría. S.
GERÓNY.\10.
S. Lu–
CAS Ix .
;6.
dice:
quegt~t~rd.~rolt
si/rncio
sobre
/.u
COMs
qur
habi.m
visto,)'
1"''
m–
tóuce.r uo
l.zsdescubrit·rou
,,.
nil{gtmo.
Pero
San Pedr
odcspue~
de IJ Rc:surrcccion del
Señor
l.aspublicó en sus sermones
y
cartas.
11. PETR I
1.
18.
SAN
li.IAncos rx.
9·
di–
ce , que los Ap6stolcs disputJb:m entre sÍ
1
preguntándose uno a otro:
¿qué qurri.m
duir
aqur/l,u
pt~l.tbras,
rrsucil.trde m–
tu los muertos?
Y es q
ue no entcnJian
que el
Scño~
hablaba de su Rcsurrccciou.