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SAN MA TH E O.
9
Et si oculus tuus scaCJda–
Jiza t te , erue eu.1n
, et proiice
abs te: bonum tibi est cum uno
aculo in vitam
intrare , quam
d uos oculos habentem mitti in
gehcnnam ignis.
Videte
ne
contemnatis
u m
ex
his--lWsillis
: dico
enim vobis " , quía Angeli eo–
rum in Caelis semper vident fa–
ciem Patris mei , qui in Cael),s
es
t.
II
Veni t
b
enim Filius ho–
minis salvare quod perierat.
1 2
¿Quid vobis videtur ?
.s:i
fuerint alicui centum oves , ct
erraverit una ex eis : ¿nonne re–
linquit nonaginta novetn in Inon–
tibus , et vadit quaerere eam quae
erravit?
r3
E t si contigerit ut inve–
niat eam: Amen dico vobis , quia
gaudet super eam magis quam
super nonaginta
novem
,
quae
non
erraverunt.
r 4
Sic non est
vol
untas an–
te Patrem vestrum , qui in Cae–
lis est, ut pereat unus de pusil–
lis istis.
9 Y si tu ojo te escandaliza,
sácale ,
y
échale de
tí :
porque
mejor te es entrar en la v1da
con un ojo
1
,
qu.e tener dos ojos,
y
ser echado en el Infierno del
fuego.
10
Mi rad que no desprecieis
a uno de estos pequeñuelos ' :
arque os digo, que
los
Ángeles
ae
ellos en los Cielos siemp re
ven
3
la cara de mi Padre, que
está en los Cielos.
11
Pucsc!Hijo del hombre vi–
-no a salvar lo que habia perecido'.
1
~
¿Qué
o~
parece? Si tuvie–
re
aiS~>nO
cien
ovejas
,
y
se des–
cardare una de ellas ; ¿por ventu–
ra no dexa las noventa
y
nueve
en los montes ,
y
va a buscar
aquella que
s~
extravió '?
13 Y si acontece el hallarla:
dígoos en verdad , que se goza.
mas con ella , que con
l~s
no–
venta
y
nueve, que no se extra-
viaron
6 •
•
14 Así no es voluntad ante
vuestro Padre, que está en Jos
Cielos, que ·perezca uno de estos
pequeñuelos.
ls
~
0
Todo esto es un modo de hablar
af?górico , por
el
qua
l.
nos enseña el Se–
ñor, que qu:mdo nos son ocasion de ruina
3Ull
aquellas cosas que mas amamos , Jas
debemos aparrar
y
separar de nosotros :
y
que nos ser:\ mas
útil
entrar solos o
Ót\:)0
pocos amigos en el Cielo , que
i.r
al
Infier–
no muy acompañaqps. Por salvar todo
el
cuerpo nos dexamos cortar un pie
,
una
mano ,
y
sac,:ar un ojo.
2
Guardáos de creer(!) qu.e por ser pe–
queñuelos , impona poco el
e~o;candalizar-
Jos.
Y)
3
Tienen estos pequeñuel ·, sus
An–
geles que los guardan
y
defienden ,
y
que
a
.,Psalm. .xzxur.
8.
e
acusarán en el Tribunal de Dios a aque–
llos que los hubieren iujuri.1do o d.tdo oca–
:,.t.Sion
de p..:ct;r.
JAN~
EN.
Com:()rd. E vaug.
Cap.
LXXII.
4
Esto es , al hombre perdido.
s Con esta par.í.bola da el Señor a
en~
tender quánro cuitbdo
le
cuesta
a él
y
a
su Padre
la
salvacion de uno solo,
aun de
los mas pequeños , no perdonando
a tra–
bajo por reducirle
y
vol\'erle a su redil
quando se apart:t de él ;
y
por consiguien–
te ,
que no se debe dar oc.tsion
de
ruin:t a
estos pequeñuelos, por los quales mues–
tra
el
Scñor~anto
cuidado.
6
1\{S.
Que uo
s~
radiaron.
b Luc.
X IX.
10.
Luc. xv.
4•