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SAN MATHEO.
31
Ideo
a
dico vobis:
Omn~
peccatum et blasphemia remit–
tetur hominibus , spiritus au–
tem blasphernia non
remitte–
tur.
32 Et quicumque dixerit ver–
b:;un contra fili um hominis, remit·
·t e'tur ei : qui autem dixerit con–
tfa Spiritum Sanél:um, non re–
mittetur ei neque in hoc saecu–
lo , neque in fu turo.
33 Aut facite arborem b'o–
nam , et fruél:um eius bonum:
aut facite arborem malam , et
fruél:um eius malum : siquide
ex fruél:u arbor agnoscitur.
~
34 Progenies vipera rum,quo–
rnodo potestis bona loqui , cum
rido del demonio su contrario. Y esto es
verd.1dcramcmc disipar o esparcir.
1
MS.
E denosuo.
2
Aq11el que conociendo cl:uamcntc
las obras de Dios ,
y
no pudiendo dudar
de b divina virtud que las produce , las ca–
lumnia por un principio de,
envidia ,
no
15ucdc esperar ni en esta
vida
ni en
la
otra
el perdon. S.
GERÓNYMo.
3
Blasphcmia del cspírim
;
esto es,
conrra el Espíritu Santo , como se declara
en el versículo siguienré. El Texto Griego
añade -rois
á:-.&~"hro1',
a los
!101nbrcs.
.;
Los Phariséos vCían los milagros de
Cluisro hechos en beneficio de
los
hom–
bh!S ,
conocian
la
fuerza de estas gracias
del Espíritu Santo ,
y
sin cmb:ugo contra
su propia conciencia los atribuyen al po–
der del demonio.
La
misma luz
del
Sollos
cegaba ,
y
su mismo ardor los cndurc6a.
Ciegos pues , obstinados
y
blasphemos
comra el Espíriru ¿ianto , no parece les
<]~cdaban
ya
medios para su arrepcnti–
lllH!nto
y
pcrdon. Por esto añade
el
Se–
ñor,
qu~
t•stc pecarb
1Zf'{'";c
perdonaráni
eu
este si,g/(), ni
m
el
Ko:
no
1icrc decir
qnc sea
:~bsoluramcnrc
irrem1
"C:
le , sino
que
casi jamas se perdona; p
~:_¡ue
csra
a
are.
11
r.
28.
L uc.
.
Y.
.r.
10 .
¡r Por tanto os digo ,=Todo
pecado
y
blasphemia ' scran per–
donados a Jos hombres , mas ' la
blasphemia del espíritu no será
perdonada
3 •
32 Y quien dixere palabra
contra el hijo del hombre , per–
donado le será : mas quien la di–
:l'ere contra el Espíritu Santo , no
oe le perdonará ni en este siglo,
ni eQ el otro '.
3'3
O haced
el
árbol bueno,
y
que su fruto sea bueno : o ha–
ced el árbol malo
' ,y
que su fru–
to S'ca malo
6
:
porque el árbol
por el fruto se C!lnoce.
34 Raza de· víboras, ¿cómo
podeis hablar bien, siendo malos?
misma ceguedad
y
dureza es por sí mis–
ma
el
castigo del orgullo
y
de
la
envi–
dia diabólica
que
es su verdadero princi–
pio ;
y
así se
vé
que empezó
a
castigarlos
acá abaxo entregándolos a un réprobo
sen~
t ido. Hubieran podido conseguir
el
pcr–
don si hubieran hecho penitencia ; pCro
el
fruto ordin3rio de su pecado era
un
espíri–
tu
d . impenitencia. Lo que inclinó a
SAN
Ac
·N
de Verb. D om. Serm. xr. nov.
edit.
7
Cap.
X II.
u.
20.
a entender de
la impe1
.!ocia final que va acompañJda
de la dcsesperacion de
b
misericordia
de
Dios esta blasphemia conz-ra el l::spíritl1
Santo. Tal es la cxplicacion
de
este texto
,...óificil conforme a
la
dofuin:t dé lm Pa-
~Sres
J
en esrecial SAN ATIIANASIO, SA!i
AGUSTIN
y
SANTO T HOMAS.
s
T. Gr.
au"ll'gly , carcomido.
6
Reconoced
y
confesad , que aquc1
:í.rbol es bueno que produce buenos frutos;
y
al conrr:trio. Por lo qual si el diablo
es
malo , no puede h:1cer obras buenas.
Y
si
Jas obr:1s que yo
he
hecho son bucn:1s, no
puede ser su autor el diablo ; porque Jo
que es bueno , no puede proceder de un
principio que es malo
j
y
aJ contrario.
s~~N
GsRÓJ.J.MO.