CAPITULO . XII.
26 Et si Satanas Satanam
26 Y si Satanás echa fuera a
eiicit , adversus se divisus est:
Satanás , contra sí mismo está
¿quomodo ergo stabit Regnum
dividido : ¿pues cómo subsisti-
cius?
rá su Reyno '?
27 ¿Et si ego in Beelzebub
27 Y si yo lanzo los demonios
eiicw daemones, fll ii vestri in
en virtud de.Beelzebub , ¿en virtud
quo eiiciunt? Ideo ipsi ludices
dequiénlos lanzanvuestros tiijoy?
vestri erunt.
Por eso seránellos vuestrosJ ueC'es.
28 Si autem ego in spiritul .. 28 Mas si yo lanzo los
dem~D ei eiicio daemones , igitur pe, nios en espíritu de Dios, luego a
venit in vos Regnum D ei.
vosotros llegó el Reyno de Dios.
29 ¿Aut quomodo potestttuis-
• 29 ¿O cómo puede alguno en-
quam intrare in domum fo rtis , et trar en la casa del fuerte ' , y sa-
vasa eius diripere, nisi prius al- quear sus alhajas , si primero no
l igaverit fortern ; et tune
do~
um
~are
al fue rte ; y cntónces sa-
illius diripiet?
queará su casa?
30 Qui
non
est mecum,
con-
30 El que no es conmigo, es
tra me cst : et <¡ui non congregat
contr~
mí : y el q
4
ue
no
allega
mecum, sparg1t.
conm1go, esparce
1
Como si Ies .dixera : no hay cosa
mas fuerte que un Reyno muy unido ,
y
lo mismo sucede con una
Ciud:rd
y
una
c11.raparticular ; pero en entrando la divi–
sion contad con su ruina inevitable. Si yo
lanzo los
dcmo)lios
en virtud del demo–
J1io , se sigue que
los
unos son contrarios
a los orros,
y
de aquí resultará gue; po-
~lrt~~.lfJ~~~- ::b:;~rir.
S. CuRÉ .
in
:&
Algunos entienden por
os a los
mismos Apóstoles ,
9uc
eran Judíos ,
y
descendientes de Jud1os
;
y
así les dice
el
Señor : ¿Por que no acusais a mis discípu.–
Jos que lanzan los demonios ,
y
me acua.,.
sais
a mí?
¿Por que me
con~nais , jusri~
.ficando a mis discípulos que no hacen na–
da sino por el poder que yo les he dado?
S.
ATHANAS.
S.
HILAR.
S.
CHRYSOST.
Orros entienden a los E xOrcistas de los
mismos Judíos. V éanse
los H ecltos
de
los
Apóstoles xrx.
lJ.
Saloman fué
el
prime–
ro
que
los instituyó. JosErHO
.Antiq.
L ib.
V111. C1p.
u.
como si dixera el Señor:
¿Cómo decís que yo lanzo los demonios
en virtud del demonio , si reconoceis en
''UCstros hijos que esta es o'-1 de virrud
di,•ina? Por tanto si ellos los echan por
virtud divinA , habeis de confesar necesa-
Tom.I."
riamenre que lo mismo me sucede a mí ;
y
confesilnd_o esto , llabeis de creer que ha
llegado a vosott·os el Reyno de Dios , y
que yo soy el Messías que esperais , pues–
ro que ''ucstros Prophctas os han dado por
señal para que le reconozcais estos mismo.'>
milagros
que me
''cis obrar.
Y
así
ellos
se~
rán -vuestros Jueces ,
y
condenarán vues–
tra incredulidad
y
dureza.
J ANSEN.
Com–
ment.
in
Coucord.
Cap.
XLIX.
3
El
fuerte
d~
quien se habla aquí es
el
demonio , que lo es contra los pecado–
res que voluntariamente se hacen sus es–
clavos. Los pecadores
y
los infieles sowu
posesion , o las armas de que se vale
~ra
engañar
y
vencer
a
los hombres. La pala–
bra Griega
<rll-i~~
,
y
la correspondiente
Hebrea
".??
NeN ,
significa
armas ,
mue–
bits , apardto
,
instrumentos
,
&c.
Jesu
Christo por medio de su Encarnacion aró
a este fuerte ,
y
le
~spojó
de sus <trmas
y
alhajas , quitándole el poder de opo–
nerse a los fieles que le querian seguir,
y
sacándonos . odos de su esclavitud.
S.
CHRYS T.
ill
atth.
H om.
X LII.
~
Ni uno _puede servir a dos seño–
res.
Los ue no csran unidos con
T ...
su
Christo
¡
r
el espíritu de fe
y .-..
ariC!ad,
1on contri él,
y
por consiguiente
e par-
h
•