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CAPITULO XI.

ínvenietis requiem animabus ve–

stris.

. 30

Iugum

a

enim meum sua–

ve est , et onus meum leve.

razon : y hallaréis reposo para

vuestras ánimas.

30 Porque mi yugo suave es,

y mi carga ligera '

los preceptos de

la

Ley nueva ,

y

peso

J

mas fg¿e Christo tiene alas.

S¿

a

la pcrfeéh imitacion de Jesu Christo , son

1ma ave quitas

las alas,

parece t¡Itr

/,..,_

una cosa penosa para la naturaleza;

pcr~livias

del

peso;

ma.s qumzto mas la

n~-

la gracia de Dios Jo vence todo ,

y

lo ha

vi1·s

de

este peso

,

tanto mas

qttedará

co-

ce muy fácil

y

llevadero. Sobre lo qual d

sida

co1z

l.1

tierra. Ves m tirrra a la que

ce

SAN

A GUSTI N

estas admirables pala-

quisiste aliviar de

sll

peso :

restitz~•esrlo ,y

bras :

Qualquiern otra carga te

O}¡

ne

y

v¡rtfs como vuela. l nP sal.

L/X.

Tom.

I V.

abruma

,

mas la rarga de

C/Iristo

te ali-

uov. edit. col.

58 1.

;Jia el peso. Qua/quiera otra carga tiene

El

T. Gr. ir.a.cppóv ,

lisa , uo áspera.

a

I.lomm. v. 3·

~

CAPITULO X II.

Los Phm·iséos ca!tmmimz a los discípulos porque cogi011 espigas en dia

de S ábado

,

y

el S eíior los defiende. Cura

et1

S ábado a uno que te–

tzia una mano seca

,

probatido que es lícito e11 el dia de S ábado ha-'

cer bien al próximo. Sana a tm endemoniado ciego

y

mudo. A

los

que le pedia11 que hiciese

1111

milagro en

pme.ba

de stt ministerio, ,-es–

ponde que

m

Resurreccio11

,

figttrada en J mzás

,

seria la seíial que

pedian. D eclam

,

que ·los que hicieren la voluntad de su Padre

,

se-

1-án sus berma11os

,

amigos

y

parientes.

1

In

a

illc tempere a)¡,.: le–

sus per sata Sabbato : - scipu–

li

autem eius esuriente

coepe–

runt vellere spicas , et mandu–

care.

2

Pharisaei autem vidente."-–

dixerunt ei: Ecce discil'Uli tui

fa~

:r.

Un dia de tiesta. Los Judíos obser–

''aban tan escrupulosamente

el

dia de Sá–

bado , que no rrabafab:m ni aun en las co–

:sas mas necesarias , como era preparar Ja

comida. Por esto vacíos de caridad ,

y

atendiendo solamente a

la

letra de

l::t

Ley,

calumniaban a los discípulos del Señor,

porque acosJdos de hambrct;ogi:m algu-

a Afarc.

11.

23.

Luc.

VI.

1.

1

En

aquel tiempo andaba

J

esus un día d10Sábado ' por unos

sembrados : y sus discípulos co–

mo tuviesen hambre comenzaron

a deshacer espigas y a comer. ,.

2

Y los Phariséos quando-1o

vier?n, le dixeron : Mira que tus

nas espigas de trigo que desl1acian entre

las manos para

com~

sus granos ; pero

J esu Christo descubre su malignidad con

el excmplo de

D:~.vid

, que en su extrema

necesidad comi '

e los panes que habian

sido ofreci os a

-or ,

y

que solamente

podian

1er

los Sacerdotes. ' ' éase

Li–

bro

1.

dr.

''

R r)'t'S

Cap. xxr.