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CAPITULO .XII.
7r
nis illius peiora prioribus. Sic
que lo primero. Así será tambicn
erit et generationi huic pessimae.
a esta generacion muy mala.
46 Adhuc
"
eo loquente ad
46 Quando estaba tod avía ha-
turbas , ecce mater eius et fra-
blando a las gentes , su mad re y
tre.s
s~abant
foris , quaerentes lo-
sus hermanos estaban fue ra, que
qut e1.
querían hablar con
él.
47 Dixit autem ei quidam:
4-7
Y díxole uno: Mira
~
Ecce mater tua , et frattes tui
tu madre, y tus hermanos '
!5-
foris stant quaerentes te. .
¿_;;;j/Jtá n fuera, y te bu sca n.
•
48 At ipse respondens d,. 48 Y él respondiendo al que
centi sibi , ait : ¿Quae est ma- le hablaba, le dixo: ¿Quien es mi
ter mea , et qui sunt f.o».res
rr?ad re , y quienes son mis her-
mei
?
manos
2
?
49 Et extendeos manum in
49 Y tend iendo la mano há-
d iscipulos suos , di Kit:
Ecc~a-
q¡ja sus discípulos dixo: Ved aquí
ter mea, et fratres mei.
mi madre y mis hermanos.
50 Quicumque enim fecerit
50 Porque todo aquel que hi-
voluntatem Patris mei , qui in
ciere la voluntad de mi P ad re,
Caelis est : ipse meus frater, et que está en los Cielos : ese es mi
soror, et mater est.
hermano ,
y
hermana,
y
madre '·
r
Los
Hebreos llamaban hermanos a
todos aquellos que eran de un !Dismo lina–
ge
y
parentela.
2
Con estas palabras dió a entender
el
Salvador, que q1._1ando se trata de anunciar
a
M
are.
III.
3 1.
Luc.
VIII.
20.
la verdad del Evangelio , han de callar to–
dos Jos respetos de la carne
y
de la
sangre.
J ANSEN.
Concord. Evang. Cap.
L .
3
¡Que palabras tan llenas de consue–
lo para losverdaderos servidores del Señor!
.
CAfr. ULO XIII.'"
P ropone el S eñor diversas pal"ábolas: la del
sembrada~· :
la de la agri–
cultura
:
la del gra11o de mostaza
:
la de la levadzwa
:
la del the–
soro escondido : la del comercia11te que busca perlas de mucbo valf¡:
la de la •·ed echada m el mm'-" el mismo S elior por la mayor par–
t e las explica. P asa
~
predicar a su Ciudad de N azareth
,
y los
d~
la Ciudad se esca11dalizan
,
y
110
le r eciben.
1
In
illo die exiens Iesus
de domo , sedebat secus ma-
re.
I
En
aquel"ttia cómo salie–
se
J
esus de la casa • , sentóse a la
orilla de la
~·
~
•
•
Como era muy numeroso el pueblo
que habia concurrido , no podia entr.u
to-
do en la
1
sa en donde estaba & us : por
esto su
~
ndad
y
misericordia le SMaron
..