Previous Page  83 / 208 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 83 / 208 Next Page
Page Background

-1s-

romos obligados

á

la observancia de

la

ley evange'lica, sino

tambien á obedecer por un motivo sobrenatural, lo que nos

mandan la Santa Iglesia Católica, nuestros padres,

ó

lo·s que

hacen sus veces, y las leye·s civiles san€ionadas por legilmas

autoridades. Pues quien sirve

á

sus padres por solo el sen–

timiento que le inspira la naturaleza,

y

quien obedece

a

la

potestad terrena por temor del castigo, y no porque su auto–

ridad

y

poder son emanados de Dios, en vez de recompensa

eterna, sufrirá la debida pena que merecen lbs que usurpan

al

Señor de cielo

y

tierra, el derecho de di-rijirle cen amor

de preferencia todas sus acciones.

'-

Pero, aunque e&te precepto no deje escusa alguna al

eristiano, sea cual fuese su estado

y

condicion, se hace mu•

cho mas meri•torio,

y

se faciHta su exacto cumplimiento, con

el voto de obediencia,

á

qtue se obligan los rel,¡giosos en sn

profesion. Mas meritorio, porque con el voto sacrifica

á

Dies la pel'Sona reJ,¡giosa, lo que mas ama, esto es, su inde–

pendencia

y

libertad;

y

parque aun el uso de las cosas mas

n ecesarias para la conservacian de la vida,

y

la practica de

los ejerc1cios espirituales, son reglados por la obed'iencia

en la per sona religiosa, sujetando esta su voluntad

á

qu ien

·Ia

gobierna en nombre del Señor.

Facilita e.J cumplimiento

d e la ..ibediencia cristiana, porque nada es tan pemieioso al

·h ombre, como la propia voluntad, cuando esta no dirije t'l•

cias sus op.eraaiones á hon-ra

y

gloria de Dios

y

bien de los

projimos. Esta inclinacion

i

nuestro prop\o querer, es como

una lepra en el alma, dfoe San Bernardo en el Sermon •obre

la fiesta de la Resurrec-Oion

1

la cual no solo corrompe

el·

co–

razon, sino tambien ofuscad entendimiento,

y

es origen fre–

cuen~e

de las mas grosera• ilusiones. Nada pues debe ser

tan oonsolante

á:

una persona '!'eligidsa, como s:.ber que sus

juicios

y

operaciones son conformes á la divina vohmtad,

siendolo á quien hace sus -veces en la tierra.

Mas para que se cumpla perfectamente con este sa–

grado voto, conviene .(seg-un d mismo San Bernardo), que se

obedezca con voluntad, simpl1cidaD, alegria, puntualidad, vi–

gor, humildad y perseverancia;

y

que la obediencia n<!> se con–

tenga entre las limites de Ja regla que se profesó, sino que

el amor la dilate sin termi-no en todas ocasiones, y aun en

las cosas mas pequeñas; porque, a1mque tiene ley, no debe

vivir bajo de ella, elevandose por ·su devocion, mas allá rle 1-0

que prescríbe su voto.

F:n ()ste cuadro está. fielmente retratada la obediencia del

10