87 / 208
.-'l'l-
~Dn
estaslJalabras de San Atan¡i.sio, contenidas en su Libro de
la Virginidad.
"¡0
virginidad, opulencia indeficiente, cor<¡r·
"P.<.'
inmarcesible, templo de Dios, morada del Espírit#an–
" to, margarita preciosa, destructora de la muerte
y
d el infier.–
" 1w,
vida de los angeles, corona de los Santos!"
CAPITULO
6 .º
"fü
Humildad.
N inguna virtud debería será los cristianos mas facil
d~
adquirir que Ja humildad, y ninguna es á todos mas di fic il.
Cuanto es
m~s
admirable Ja construccion fisica del hombre,
y
cuanto es mas sublime su espiritu, tanto mas deben humillar–
le las miserias del primero,
y
las flaquezas d el segundo. Por
e so d ecia un Pagano. Yo veo lo que es m ejor, y mi razon lo
a prueba: sin embargo abrazo lo peor. Asi es que, la razon
y la experiencia deberían bastar, para que á lo menos fuesen
todos los hombre• humildes d e entendimiento. En los cris.
ti anos son mas poderosos estos motivos.
Ilustrados por la
fé,
saben que su origen fue criminal; que despues de justifi.
cad os por el
Bauti~mo,
subs iste en ellos la inclinacion al pe.
cad o; que á cada mmnento puede prevalecer la carne sobre
el
espíritu; que perdida Ja primera gracia, tal vez no se recobra•
r a jamas;
y
que sus tristes consecuencias serán la eterna
se~
paracion del bien infinito, y todo el castigo que merece quien
d esprecia Ja ley de amor,
é
inutiliza en su alma el derecho que
J.e
mereció Jesu-Cris to con su Encarnacion:y su muerte. No
obst ante de que por lo dicho, hay en todas los crisüanos un
manantial de miseria,s, que deben humillarlos de continuo,
suelen los vicios enseñorearse tanto del corazon, que no solo
Ke satisfacen las pasiones sin remordimiento, sino aun ofus..
can la razon hasta el estremo de que esta procure justifica!!
los mas mostruosos crimines, que deberían confundirla
Y'
humillarla.
Mas· en quienes la verdad libre de las ilusiones 'd el
error, ejereita sus derechos, elia es guia segura que en..
ami~z
al aima por la ¡;enda de la justicia; que .la hnce preveer y evi..
tar los peligras; que la ayuda·á levantarse cuando tropieza;
y
que si cae mortalmente, la reprende y atormenta con et re,
cuerdo de su funesta situacion, hasta. que vuelta en
sí, y
ende;
rezando sus pasos, es de nuevo adornada aon la estola de
la
grao'ia c¡ue
habi.a
perdi~o
por su culpa.
De ¡:ste
modo
lil