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t

tentarle

y

perseguirle.

Sabriamos t ambien cuales eran sus

sugestiones, y que impresion h.icieron en F ray Martin segun

las di versas epocas de su vida;

y

sabriamos iwincipaljlente

Jos medios de que se valia para lograr l'! victoria. Pero .IJios ha

permitido que ignoremos lo que

p~saba

en su alma,

y

sus ej er·

cicios in teriores, asi en las operaciones del Divino Espín tu,

como en las del espíritu infernal. A sí es que, por los hechos

autenticos solo podemos conocer, que fue enriquecido con el

don de fortaleza.

ARTICULO IV.

Su Templanzl!I.

La virtud de la Templanza refrena

y

modera los ape,

titos segun inspira la recta razon,

y

enseña la Divina L ey;

pero su heroicidad se extiende hasta la privacion ele las cosas

licitas, que no son obligatorias, por un fin sobrenatural.

Y

sin

embargo ele que por todo lo escrito, no puede dudarse de que

Fray Martin praaticó heroicamente esta virtud, mortificando

todas sus pasiones, para no tener otro deseo que el ele servir

y

amará Di os; conviene r eferir los ej ercicios djrijidos prin–

c ipalnlente

á

la mortificacion de sus pasiones, para adquirfr

la perfecta purificacion de su esplritu. Pues, asi como los vi–

cios radicale> de todas nuestras pasiones, son el amor

á

las ri–

q uczas,

á

los honores,

y a

los deleytes sesuales; del mismo

modo la pobreza, humildad, abstinencia

y

castidad, no solo

doman esos detestables vicios, sino tambien hermosean al

alma con

el

cortej o de la modestia, pudor, honestidad, silen·

cio, mansedumbre, clemencia

y

simplicidad, que son insepara"

bles de esas cuatro vi rtudes.

P ero debiendo tratar separa4a·

mente de cada una de estas,

y

d e la perfeccion que adquirió

en todas Fray Martin por Jos medios mas conducentes,

cuan~

to diga de ellas debe referi rse

á

la Yirtud ele la tem,planz a.

CAPITULO V.

Su observancia de los votos Religiosos.

E s notorio, que por lo comun no cumplen las personas

religiosas los deberes que contrajeron en su

solemn~

profe·

sion, cul\ndo abrazaron este sublime estado por moti vos pu·

· ramente humanos, sin ser llamadas por legitima

y

aprobada

;·ocacion.

·.i::ambien es verdad, que aun las que han sido ele-