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pcaban cruelmente
i
Fray Martin, arrojandole cor: violenci;¡i
d e una pared
á
otra, como s1 fuera una pelot:i: , l-!1zo cuanto
pud~
para ver quien le maltrataba, y no v10 a nmguna otra
persona, mas que al Siervo de Dios
de~
modo d.icho. Ato–
londrado y d espavorido
c~n
este espectaculo, y sm saber que
haria, vió ardien·do repentinamente Ja pieza, y que las llamas
abrasaban las alazenas donde se guardaban los colchones
y
}a
ropa de los enfermos. Salió al punto de la alcoba cubier·
to con su cobertor, y viendo
á
Fray Martin empeñado en apa•
gar el fuego, le ayudó para lo
mi s~o.
.
.
.
,
Habiendose logrado el fin, m s to el Siervo de Dios a
su huesped, que se acostase, para que no le hiciese dañ.o el
desabrigo. Hizolo asi; pero antes examinó la pue rta, y v1en–
dola cerrada, no le quedó duda d e que no pudo haber salido
naturalmente por ella quien habi a maltratado al Siervo de
Dios, si hubiese sido un h o mb1·e.
Acostóse a sustado,
y no pudo recobrar el sueño por el sumo temor que jus–
tamente le sobresaltaba, ni se resolvió
á
preguntar á Fray
M artín la razon d e lo ocurrido.
A poco rato sonó
el
r elax;
y
siendo cerca d e las cuatro, encendió luz el Siervo d e Dios,
y
poniendola á la entrada d e la alcoba, se fué
a
tocar el Albi ,
pomo lo tenia d e costumb1·e.
L evantandose luego el hues–
t>ed para r egis trar la r opa de los enfermos y el lugar donde
estaba colocada; creci ó su asombro, vicndola sin te sion nin–
guna, y sin el olor que d eja el humo, d espues que alguna ropa
ó muebles. han s ido quemados por el fuego: y pnr lo tanto
quedó plenam ente persuadido á que el Demonio perseguia
y
atormentaba
a
F ray i\1artin.
En esa misma mañ ana comuni có el Siervo d e Dios
:í
Sl;l
confesor y P adre espiri tual Fray Andres de Lison, varan
ápostólico, y de mucha r eputacion por su saber y piedad,
el
combate que habia tenido en la noche anterior con el Demonio.
L a confer.encia duró largo tiempo
á
puerta cerrada, y despues
d e conclu ida, y d e haber salido Fray Martín, d ijo Fray An-.
dres
á
varios R eligiosos.
"Este mul ato es
Sa1~to,
y por tál
ha de ser vener ad o: anoche h a combatido fu ertem ente con
el
D emonio, y lo ha vencido, como otras muchas veces." Senti–
füos_justamente 9ue este sabio y piadoso Director no hubiese
escnto una .relac10n fi el y prolija d e este suceso, como de otro;;
ti_ue se admiran en la vida de este Siervo de Dios. Sabriamós
por ella, de que modo se le presentaba el espíritu infernal; sí
c_on
figur~
corporal y horrible, ¿ si solo entendía Fray Martin
por luz ll'lÍUsa, que el D emomo estaba en su presencia para