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lugar donde se recogia, le acecharon en distintas ocasiones
luego que le veian entrar, qúedando;c en la puerta:
pasad~
un rato, le buscaban en la sala,
'Y
no lo veian en ella: pqpianse
o~ra
vez á la puerta, y pasado algun 'tiempo, salia fuera Fray
Martin
á
vista de cuantos lo esperaban .
-
. '
El prodigio se hizo mas notable, porque no le impedia
el cumplimiento de sus obligaciones; pues aunque no se le ha–
llase el dia que comulgaba en ninguna parte, se hacia presente
al instante que }o deseaba algun enfermo, llevando consigo
lo qne necesitaba, sin estar prevenido de ante mano;
ó
cuando
le tocaban. la campana,
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cuando el Prelado sin verle, tlecia
que por obediencia sele presentase, como despnes se dirá.
F"e · tambien muy eciificante .,1 culto que renclia á la
l\'ladre de Dios. R epetia su nombre con frecuencia, manifes–
tanclose en su semblante la suavidad y dulz ura que derramaba
en su corazon ese suavisi1no
no1nbre.
Jamás se
dispensó,
aunque estuviese viejo y enfermo, de subirá la torre para to–
car el Alba
á
las cuatro de la mañana, en honor de la Virgen,
corno &e acostumbraba en ese tiempo: llevaba de continu o en
el cuello y en la mano el R osa_rio, y lo rezaba varias
veces
ca–
da dia: encendia luces, colocaba flores delante de sus ima–
genes, y cuando veia alguna, la veneraba
postra~lose
en
tierra. A mas de estos afectuosos obsequios
a
la Santísima
Virgen, rezaba todas las noches el Oficio parvo con los reli–
giosos en la capilla del Dormitorio, y t•oncluiclo, se retiraba
al coro.
Cuanta seria la devocion con que practicaba Fray
M artín estos ejercicios, se puede creer por los favores que le
dispensó esa Madre de misericordia.
No
solo le habló algu–
nas
veces,
cuando reverenciaba humilde y fervorosamente sus
i1nagenes; sino tambien mandó á sus angeles en unas ocasiones,
para que tocasen el Alba po.r él, cuando estaba ausente en
Limatambo; y en otras, para que le acompañasen con hach¡¡s
encendidas, en figura ele dos
hermosi sim~~
j ovenes, luego que
se retiraba al coro, despues de haber rezado el Oficio parvo en
el dormitorio; lo que fue visto por todos los religiosos que
asistieron al Oficio par'vo, quienes alabando á Dios
y a
su
~an·
tisima !\'ladre, testificaron favor tan distinguido. Por ultm:io,
fue muy devoto ele los santos, principalmente de Sr. San José,
y
de su glorioso Patriarca Sto. Domingo; y veneró respetuosa–
mente las reliquias é imagenes ele los Santos, excitando con
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ejemplo
a
que Otros las respetasen.
Con el mismo zelo
y
fer~or
cum]i!lió los d
eber.esde la