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.-60-

Santo, tenia fija su mente en Dios,

y

p_racticaba

a

~onr~ s~ya

todas sus obras. Y como la prudencia que •olo tiene a D10s

por

~aneo

de todas sus acciones, es virtud propia de los ?ie–

naventurados y de algunas almas mu)'. perfectas en esta

n<la;

segun enseña S. Tomas en la 1,2,cuest10n 61? no puede dudar–

se de que fue una

~le

estas la de

Fr~)'.

Martm. De lo que se

deduce, que c_ons1stiendo la

her01~1dad

de

'.ª

prudencia, no

solo en la considerac1on de los medios apropiados para el fin

sobrenatural que se propone, sino

.tambie~1.

en la aplicaci?n

oportuna de cada uno, se conoce. su hero1c1dad en esta vir–

tud, "por el heroico ejercicio de todas las <lemas.

Por lo tanto, ¡Cuan sublime no seria la prudencia de

este Siervo ele Dios, que desde su tierna edad procuró tener

raya sus sentidos, evitar asociaciones peligrosas, é implorar

el auxilio divino en la oracion! Quien sino Dios, ilustrando

su espíritu,

é

inflamando su corazon, pudo inspirarle desde

entonces .profundo conocimiento de la humana flaqueza,

y

necesidad de ser socorrido

a

cada instante por la gracia? Esa

misma divina luz le hizo abandonar el mundo,

y

abrazar

el

estado mas perfecto;

y

ella no le faltó j amas, pues cumplio

~antamente

los deberes que contrajo en la reli gion.

P ero co–

mo aun las almas mas iluminadas estan· espuestas

á

errar, ó

por ilusion de Satanás, ó por vana confiµnza de si mismas,

ó

P?r

precip~tacion

en sus juicios

y

deliberaciones; para

prcv~mr estos riesgos, y acrecentar el merito ele sus obras, practi–

có todas por obediencia,

y

no hizo ninguna sin el dictamen

d e.sus Confesores,

y

de otros Sacerdotes sabios y piadosos,

¿Que prudencia no le notarían estos en

d

trato con los relijiu–

sos

s~nos

y

enfermos; que pureza de intencion; que amorti–

guamiento de pasiones,

y

que dominio sobre todas ellas, pues

le pe_nnitian sal_ir

el~

su r etiro para practicar tantos ej ercicios

p~bhcos

de candad? Todo esto,

y

cuanto se observó en la

vida ele este admirable varon, comprueba haber sido adorna–

do de

~quella

altísima prudencia que no conoce el mundo,

y

que D-1os concede á sus mas favorecidos.

,No fue menos extraordinaria la que ejercito con res–

pecto a los. dem_as. Ya se há dicho el zelo que tenia por

calmar las d1senc1ones domesticas

y

claustrales,

y

Ja facilidad

con que lo conseguía su prudencia.

P ero esta .se conijrma

aun mucho mas, por el don . de consejo con que resolvia la•

dudas en los casos mas arduos,

y

por el exito favorable de

fO·

~~s

sus determinaciones. Tan notorios

y

acertados.eran sus

Q1<;tamenes, que ib<UI

á

SI!

_celda para consultarle sobre diver•