-
68 -
solo presenció lo dicho, sino tambien
o~·ó
que el siervo de Dios
decia
á
los toros, el hermano mayor de¡e comer
á
los menores.
Luego que co nsumieron la alfalfa y el agna, desapareció fray
~Iartin
sin que se abrieseu las puertas;
y
el padre fray Diego
publicó en el convento esta maravilla.
Cuando iba el siervo de Dios
á
la hacienda de Limatnmbo,
alimentaba y curaba
á
los animales del mismo modo que en el
convento. Pero siendo tantos los que concurrían en este, cuya
multitnd mol estaba
á
los religiosos, preparóles en casa de su
hermana, sitio
á
propósito para medicinarlos, así como tenia una
pieza con camas para los hombres enfermos. Allí se congrega·
ban perros, gatos, ratones, pá¡aros, y demas brutos para el ali–
vio de sns dolencias; y muchas veces ibau ellos mismos sin ser
llamados por el siervo de Dios, implorando su socorro.
Fastidióse su hermana, viendo su casa continuamei\te inmun ·
da por el concurso de tantos brutos,
y
pidió
á
fray !Uartin que
Jos echase fuera. Entró este á la casa, y habló
á
los animales
de esta manera: ..Hermanos, no seais molestos
á
quien os hace
bien, satisfaced vuestras necesidades forzosas en la calle, y no
eutreis en las piez¡is, que no están destinadas para vosotros."
Obedecieron puntualmente este mandato con admiraciou de la
familia, la que no fue molestada en adelante por ninguno.
.
Fue tanta la compasion del
sier.vode Dios para con los irra–
cionales que, sabiendo en su
últimaenfermedad el que iban
á
mntar algunos por órden de los médicos, para su curacion, se
afligió tanto, que dijo varias veces: ..¿Para qué quitan la vida
a
esas criaturas de Dios, puesto que no me huu de aprovechar
las medicinas, porque es voluntad diviua que yo muera? ..
Al contemplar la constante y fervorosa caridad de
fray
l\lar–
tio,
~o
solo con todo género de personas, sino tambien con los
irracionales; los medios extraordinarios de que se valia para
el socorro de unos
y
otros;
y
la maravillosa atencion con que
los brutos de toda especie escuchaban sus mandatos
y
los cum–
plían puntualmente, sin ser conocidos ni doctrinados de ante–
mano por él; parece que su espíritu se purificó tanto de toda
man.cha,
!
fu_e .tau
re~ovado
por la gracia de los Sacramentos
y
subltme e¡erc1c10 de virtudes que, habiéndose unido íntimamen–
te
COJ:.l
Dios por
~esucristo,
y
hecho un espíritu con él, partici–
paba de sus gloriosas dotes,
y
dominaba á los brutos, así como
Adnn antes que cometiese su pecado. Pero, habiendo ya referi·
.do la heroicidad de sus virtudes teólogales, expondré la exce–
l~ncia
de laS" cardinales,
y
de las <lemas que son sus depen–
dientes.