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nor angustia las que desean establecerse ea el matrimonio;

pues debiendo reprimir sus pasiou es,

y

tener

á

raya sus senti–

dos, temen justamente que el mu11do las seduzca, y pervierta

la pureza

y

rectitud con que deben conservar su corazon para

santifica rse en su estado,

y

recibir las be ndiciones que el cielo

derrama sobre los consortes inocentes.

Co nociendo fray Ma r tiu el pel igro

e~

que se hallaban unas y

otras, procu ró soco rrerlas,)' suplicó

á

su amigo don Mateo .que

le diese ciento

y

ocho mil pesos, para dota r veintisiete jóvenes

pobre.s

y

vir tuosas, dándol e

á

carla una cuatro mil pesos, de las

cua les un as fueron religiosas, y otras se casa ron . f ray llia rtin

alcanzó si n dt1da de Dios que premiase desde esta vida la cari–

da d dP. do n !\[ateo, pues siendo simple boticario, adquirió tan–

to cau dal, que testó a11tes de morir mas de cuatrocien tos mil

pesos, destinúndolos tam bic n

a

obras pindosas.•

Con el mism:i caritati vo celo aliviaba las necesid ades de los

religiosos; y en una ocasion g<1stó mas <le seis mil pesos ca há–

bitos, túnicas de lana

y

cami,,as de liu o. Distribuyó las túni cas

entre los rclig'iosos, dando¡'¡ cada uuo tres, sin exceptua rá los

prelados, ni á los 11oricios, porque habia ol)se nado que alg11-

11os vesli an camisa de lino conti·a lo r¡ ue manda la coustituciou.

Y como en un a ocasion reconvini ese

á

uu religioso por esta fo l-

. ta,

y

él se excusase 'diciendo que uo tenia otra, corrigió cu

unos

y

pre vino en otros la misma falta, proveyéndolos de tú-

1licas. Jlcse rvaba las eamisas el e lino en cajun es,de madera nu–

merad os, para qu e se conoci ese el religioso

ú

quien perteaecia:

y

como es tas solo les debian servi r, cuau<lo enfe rmaban, ll e–

vn ba

ú

cada

cnfcrino

la suya lim pia

y

ase:a da

en uipt

cauastn~

cada Silbado; los Llines les pedia las que les ha bían se r vido pa–

ra lavú rse las;

y

luego que estaban san os v convalecidos, les sa-·

caba sus túnicas,

y

recogia las camisas. "

-

' Como era ilinütnda su caridad, arbitró un medio de socorrer

á

tod os los mise rables. Formó una lista de las familias pob1·es

vergonzantes de que tuvo noticia, cuyo uúmero ascendió

á

cien–

to sesenta. Y como pedia limosna por las ca ll es todos los dias,

destinaba lo que le daban Ma rtes

y

Miércoles, para el soco rro

de dichas familia s, cuya suma

110

bajaba de cuat rocientos pesos

cada sema na. La limosna de los Ju éves

y

Viérnes era para los

estudiantes

y

clérigos pobres;

la

de los Domino-os para vestirá

los indios

y

uegrosqne veia casi desnudos, por

0

ia ind ole ncia de

sus patro

nos

y

de sus amos;

y

ce n la de los Si1bados y Lúu es,

manda.bu

decir misas por las almas del purgatorio.

A

mas de esas limosnas, destinadas para el alil'io de ciertas

fam ilias de clase necesitadas , rcpartia comida desp ues del re-