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mnl aun cuando los médicos no conocían el peligró: en cuyo
caso no se apartaba del paciente;
y
por el contrario asegura–
ba la salud de otl'os que habinn sido desahuciados, de los cu¡1-
les se separaba muchas .'veces. Se observó esto entre otros mu–
chos, con el padre maestro fray Hernando Valdez, siendo no–
vicio,
y
con el se11or Obispo don fray Cipriano de Medina,
c\)ando era lector de teología; pues miró con desprecio la
grave enfermedad de cada uno, nunque el primero no tuvie–
se esperanr.a de vida, segun el juicio de los médicos.
Luego que moria alguno, si estaba en el purgatorio, lo da–
, ha á entender encargando que lo encomendasen
á
Dios, y del
que no necesitaba de sufragi'Os por estar ya glorificado, era in–
dicio cierto la alegría de su rostro.
Por último, parece que para él no había nada oculto. Conocía
á los que robaban alguna cosa en la ropería, y los sitios donde
guardaban el hurto, y
á
muchos, mas de los que se han referido,
profetizó muy anticipadamente los sucesos prósperos ó adver–
sos, que habian de sobrevenirles.
ARTICUW IV.
StJ
DJSCRECION Dll ESPÍRITUS, OON DE Lm'iGUAS
É
mtmrm:–
TACION
·nE PALAunAs.-Por discrecion de espíritus se entiende:
la peuctracion 6 inteligencia de los peo,samientos ageuos, cuyo
conocimiento es reservado
á
Dios,
y
á quie.n se digna comuni–
carle. Tambicn consiste esta gracia en la rectitud con que juz–
ga,
el
que la tiene, de todas las impresiones
y
movimientos,
pertenecientes
á
la doctrina ó
á
las costumbres, cuando se pne–
de dudar si son inspirados de un buen ó mal espíritu. Pero,
como puede adquirirse esta discrecion, por el esturlio
y
lectura
de los santos padres, y de los escritores ascéticos
y
místicos,
·dicho don adquirido no es la gracia gratuita de que hablamos.
Consiste esta en que, no por propio trabnjo, sino por una luz in–
fusa, quien la ha recibido, discievna fácilmente y sin peligro
de errar, el priucipio bueno ó malo de que provienen los pen–
sumientos é iuspiracioues, así propias como agenas, para acer–
tar en la eleccion de unas, y en el desecho de otras,
y
para que
ignal mente las adopten ó desprecien los demas.
Quien tiene don .de lenguas, ó habla las de diversas nact011es
ó pueblos, para instruccion
'y
provecho de los que le escuchan;
ó hablando en sn propio idioma, se hace entender de su au–
ditorio.
Por grncia de intel'pretacion de palabrns se
entic~de:
n?
~olo
la de verter en un idioma lo que se ha hablado o escnlo en