-
142 -
otro, sino tambien la de exponer y explicar con claridad el senti–
do oculto y misterioso de las palabras, que no penetran todos,
aunque entiendan el idiom(\ en que se hablan, ó en que están
escritas.
No puede dudarse de que fray l\Iartin
fué
dotado de la dis–
crecion de espíritus; pues, como se ha dicho tratando de su ca–
ridad y de su don de profecía, penetraba los pensamientos,
deseos y reso luciones secretas de sus pr@jimos. Tambien dis–
ccrnia de qné espíritu provenían las inspiraciones impresas en
la mente propia y ageua; puesto que frustraba siempre los ar–
dides del demonio, aun cuando este le sugiriera alguna cosa con
la aparienc}a de bien, y que, del mismo modo, resolveria, con
ucierto, lo que debian practicar cuantos le consultaban sobre
algunos casos oscuros y dificiles, como ya dije, elogiando su
prudencia.
Que poseyese el don de lenguas, lo comprueban declnracio–
nes auténticas. Conversando un dia con el siervo de Dios, don
Francisco Ot·.tiz, muy amigo suyo, le refirió que en illanila, me–
trópoli de las Islas filipinas, habitaba un religioso lego del ór–
den de Sai;ito Domingo, muy estimado del Arzobispo y de todo
el pueblo, por su notoria
virt.ud,y extraordinaria vida: que ja–
más salia del convento,
ni sabialas calles de la ciudad; y' que
solamente se ocupaba en ejercicios piadosos, y ensefiar la doc-.
trina cristiana, y á leer y escribir
á
veinte y cuatro niños huér–
fanos, para cayo sustento, le llevaban crecidas limosnas. Oyen–
do fray llfnrtin la relacion de su amigo, ·quien habia conocido y
tratado al referido lego en l\Janila, mostróle mucha alegría por
las virtudes que practicaba, y un vivo deseo de conocerle. Pa–
sados tres dias, volvió el mismo don Franci.sco Ortiz á visitar
á
fray Martin, y lo halló muy gozoso, hablándole en el idioma de
la China, que el mismo Ortiz sabia perfectamente, por haber
residido en lllanila largo tiempo,
y
tratado
á
muchos chinos·.
Admirado Ortiz del regocijo que le manifestaba el siervo de
Dios conversando con él en la lengua de los chinos, infirió que
Dios, no solo le babia concedido volar milagrosamente á Manila
para conocer al religioso lego, de quien le babia hablado, sino
tambien al mismo imperio de la China, inspirándole el idioma
de ese pais para sus ocultos designios.
Don Francisco de Vega
~fontoya
declaró, con juramento, que
conoció en esta ciudad de J,ima
á
un hombre, el cual Je refirió
que, estando cautivo en Uerberia, vió muchas veces al siervo de
Dios fray l\Iartiu de Parres, religioso donado del órdeu de San–
.to Domingo, que, con suma dulzura
y
caridad, curaba
á
Jos can–
ti
vos enfermos, sustentaba á Jos miserables, vestia
á
los desnn-