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nibric11sde la órden. Entretanto, se fuéfray Martín á la celda

del difunto para amortajarlo,

y

teniendo el hábito en las ma–

nos,'suspendio el vestirle,

y

se puso un rato en orncion hinca-

do de rodillas, delante de

UI\

Crucifijo que estaba

á

Ja cabece-

,

ra del difunto: todo lo cual fué "Visto por el padre fray Fer–

nando Aragones, quien siendo testigo ocular de muchos prodi–

gios obrados por el siervo de Dios, acechaba de continuo sus ac–

ciones. Luego que concluyó su oracion, llamó al difunto tres

-.eces por só nombre,

y

corno se moviese y tliese claras sefia–

Jesde vida, abrió las puertas, dijo á los religiosos, está vivo fray

Tomas, ·

y

dándole una taza de caldo le reparó las fuerzas bre-

yemente.

·

Aunque pudiera con fundamento haber numerado este suce–

so entre Jos milagros dudosos, sospechando que la muerte de

fray Tomas hubiese sido aparente y no real, puesto que mu–

chas "Veces se ha sepultado

~

los vivos, suponiéndolos muertos;

me inclino

á

creer que no hubo equi'Vocacion en este caso, por

las razones siguientes. Fray l\lartin creyó que babia muerto ver–

daderamente el religioso,

y

Jo creyó la comunidad, pues esta

empezó

á

rezarle los salmos de rito, y aquel resolvió amorta·

jarle. Al tiempo de hacerlo, cierra la puerta, se queda con el

hábito en las manos, no lo amortaja, y se pone

'il

orar. Conclui–

da Ja oracion, no lo 'Viste, sino lo llama, el difunto da sedales

de "Vida, y se recobra. De lo dicho se infiere con mucha proba–

bilidad, que al tiempo de amertajarle fray Martín,

fué

este ex–

citado sobrenaturalmente para restituirle la 'Vida; que en la

oracion se le aclaró mas este conocimiento,

y

procedió

á

mani–

festar la verdad, llamando por su nombre al finado. Y c·omo por

otra parte, este sieno de Dios resucitó á un perro verdadera–

mente muerto, de lo que no puede dudarse por todas las cir–

cunstancias que calificaron ese milagro, segun expuse trat11ndo

de la compasion que tuvo

á

los brutos, no debe extrañarse que

resucitase

á

un homl!re.

Tan poderosa es esta reflexion en el presente caso, que se

nlió de ella el padre procurador de la causa,

á

fin de que no

ee dudase de la resurreccion de fray Tomas, añadiendo para dar

mas valor

á

la prueba, estas palabras de uu teólogo respetable:

Es mayor milag1·0 resucitará un bruto irracional, cuya alma·fenece

con·el cuerpo, que restituir la vida á u11 lum1bre muerto,

CU?Jª

alma es

inmortal,

y

vive 4espues que desamparó su cuer-po.

Tambien presu·

moque un hecho tan ruidoso, como la resurrecciou de fray To·

mas

á

'Vista de la comuuidnd, llamaría justamente la atencion

del prelado y del confesor del siervo de Dios, y que este últi·

mo

ñ

lo menos lo obligaria á declararle lo que se le babia re-ve·