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mundana que VlVi:fiCa. todo el mundo es ó material,
ó
inmmorml ,
si es material, el al,ma del hombr como imniLt rial uo pn Lle ,,'el'
parte de elhL;
y
i es inmaterial, no 11uede ten
l'
las alma de lo.'
hombrés como partes, Pitágora, Epicteto ';{ los Pl'i
'cili.allisttL~
pensaba.n que el a.lma humana era nna porciou Lle
It'L
su
'ta1lela
divina, extraida de ella por emauacion. El alma de lo' bombrBti
no
pu~de
ser una parte del mismo Dio ; porque
Dio~
no:
p8etl¡h
dej ar 'de ser imple;
y
como argumentaba San Agu tin contra lo.'
Maniqueo , si el alma es su.stal'lCia.cle Dios,
á
Dios se han ele
t'l,trílmil' todos los vicios
y
defectos del ruma.
Los traducia,nos enseñaban que el alma se trasmitia Lle lu,'
padres
á
los hijos, casi
á
la manera que se propaga uua llama
ti
otra llama. ' Tertuliano
y
Apolinario en, oñarou esta opiniop
y
por algun tiempo la t uvo Sau Agustin, aunque de. pu s ht ,l'ecltn· , '
;l,Ó
corno falsa, porque para toda propaga ion
fí
iC,l se requi rel! '
]Jartes de las cuaJes una se comuniquen
y
otra quetlen; ma::\
el
' alm~'\¡
no tiene partes. La filosoila cristiana el1.'eña que cada
Ulla
de las,mentes humanas han ,'ldo creadas inmediatameute
!Jtll'
Dios)
y
no han pI' xistido
á
los cuerpos concelJidot'.
VIII.
El
amIa l'acionai e8
criada 'pOl'
Dios al
engendl'al':'¡c
el hombre..
El alma humana es necesariamente' cr'i:ada por Dios; porque'
el alma,es un ser simple que recibe sa exi tencia de otro
y
el
;-;e1'
simple no pueue comenzar
á
e:ilstíJ! Si110 pon la oreacion ,qU('
e . propia-de,Dios. Ni la observaciou ni la razon nos convencen
üel tiempo de l a creaclou de las almasde los hombres, pero es opi-,
nion comun.que las alma ' sOn criadas
pOi'
Dios
y
unidas
á
lo,'
t:uerpos, cuando estos están suficientemente organizados pam
,ejercer las acoiones vitp,les, pues el finfisico de'! alma es animar
el
nnerpo,
y
antes de laumon con eLcuerpo no se conoce fin algl;lDCI
pOi' 01 que exü,ta.
Aristóteles fué el primero que
fijó
la animacion
á
los cua–
l'
uta dias para los niños,
y
á.
los ochent.a
ó
noventa para las
Di–
ña '. San Agustín, Santo Tomás
y
los teólogos gue vinieron de:;–
]Jue adoptar;on e ta opinion. Bouvier hace observar que la
.Penitenciaría de Roma sigue la misma opinion sin examinarla ni
garantirla cuando e trata de la irregularidad fulminada contra
Jos homicidas. Sin embargo algnnos escritores 'modernos reen
4.uela, animacion tiene lugar en el mismo momento de la concep–
(wn,
pues
:si
la vida del hombre cesa luego que el alma se separa