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tine de las cosa J.neTamente posibles, esto es, que ni exJsten ni
xi 'tierolluijamás existirán, La ciencia de
vision
es el conocimien·
to que tiene Dios de las cosas existentes, ya existan actualmente
ú
hayan existido
ó
hayan d0 existir.
Lo
futlt1'OS absolJutos
son los que ciertamente han de exis/tir.
J,OSfUtU1'OS condicionados
son los que ejecutada la. condicíon
existíl'iau) pero por defecto de la condicion nunca existirán de
hecho, como la conversion de Tiro y de Sidonia. La
ciencia me·
dia
segun los Molinistas es el conocimiento de los futuros con·
tlicionado . La euestion del
medio
con que Dios conoce los
fu·
turo condiGionado se resuelve diversamente. Segun los Tomis·
tai', Dios ve los futuros .condicionados en sus decretos condiciona–
do,. 10s Moliuí tas pretenden qU0 Dios ve los futuros
condi~
c1onauos tan solo en la libre voluntad de las criaturas.
XVIII.
La voluntad
y
la liberta(1 de Dios.
La voluntad es una consecuencia necesaria de la inteligen.
'ia, con la. cual se halla en necesaria relacionj cuanto mas noble
(:'::; la inteligencia, tanto es mas perfecta la voluntad. Siendo in.
finita la inteligencia de Dios, t-ambien es infinita su voluntad.
La voluntad. nO .e 'otra cosa que el amor del bien conocido por
el ntendimiento. El amor con que queremos bien
á
alguno, no
e,' ca.u::;a de la bondad que en él eriste, sino al coutrario, la bon·
uau
v
nladera
ó
aparente que en el se halla, es la que escita
nue tro amor hácia ella, la que determina en nosotros el amo.r
del bien qtie tiellB
y
el deseo de su conservacion
y
aumento. Em–
pero el amor de Dios crea la bondad en las cosas por él amadas,
pudiendo decir e que tienen bondad, porque Dios las ama, como
observa Santo Tomás. El amor con que Dios quiere las criatu–
ra" nó es necesario con necesidad
absoluta
sino
hipotética:
en la
hipóte
í
ya realizada de u eristencia, es necesario que Dio las
ame) como derivaciones de su bondad infinita.
Libertad es la facultad de elegir. Esta facultad se llama
inmunidad
ele
necesidad.
La libertad de Dios es la pote tad de
producir
ó
no producir actos externos, que no hacen
á
Dios
im.
pelfecto ni mas perfecto. Negaron la libertad de Dios muchos
¡mtiguos E' túico , los panteistas
y
algunos optimista.
,'e ha.n e 'cogitado algunos sistemas para conciliar la liber–
tad de Dios con su inmutabilidad. Leibnitz enseña que la libero
tad divina no escluye la
necesidad 11wml:
segun él, Dio conoce
llece
ariamente todos los mundos posibles; entre e. 170', elije el