DE PHOCION.
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ritú de turbacion desde Athenas en toda la
. G1·ecia. El odio , la venganza , !la ambi"
cion, y la sospecha estaban en los coraZO"
nes de todos. Los mismos Griegos se ha·
bian hecho sus mayores enemigos, y lo.que
-cada República executa desde eslc fatal
i110-
1nento para conservar su
libertad
,
1Ó
hacer–
se
mas poderosa , es lo que precisamente
la
pierde.
No obstante, por in(eliz que sea nues:
tra situacion , yo no sé que interior sospe·
cha me advierte
á
veces, que no está rodo
falto de esperanza. Si los Dioses, Phooion,
hubieran querido nuestra ruina, nos hubie–
ran dexado perder insensiblemente. Una
corrupcion lenta nos hubiera quitado todo
recurso de mejotar : una nube de cada dia
mas espesa nos privára mirar el abismo, en
que íbamos
á
caer. Pero la bondad 'infini•
ta de los Dióses no lo ha permitido , antes
A4
al
gociacion, que precedió
á
la guerra del Peloponeso , no ocul–
tó Athenas sus verdaderas ideas. Tucidides
libro
r.
cap. 4.
hizo decir
á
sus Embaxadorcs
:
te
En todos tiempos ha su–
,,
cedido y sucede , que los mas fuertes sean los dueños de
"
todo : no somos nosotros Autores de este
re~lamento,
que
u está fondado en la narnraleza." Extraña políuca ; pero aun
es mas extraño el atreverse á aprobarla, El modo con que
Athenas trató
á
sus confederados , hace juzgar el que hu–
biera usado con toda
la
Grecia, si Jos Espartanos hubieran
padecido la suene que sufrió ella misma. No estaria su im–
perio mas seguro que el de los Lacedemonios,... quando qui–
sieron reynar con violencia. Hubieran experimentado los
Athenienscs continuas sediciones , y su gobierno debil, y tu–
multuoso les prepararia una pronta decadencia.