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ENTRETENIMIENTOS
á
los mayores peligros
m¡¡y~r
animo : es–
perad los milagros de parte de los Dioses,
que quizá los executarán por vuestro medio:
la República pt1ede perecer ; pero es con–
suelo de un buen Ciudadano haber ·ptiesto
los medio¡ pa
'n
salvarla , aunque quede se–
pultado entre sus minas.
¡Qué! ¡No piensas , como yo , mi que·
rido Cleophanes? H ablamos del amor de
la patria , y
d~
su libertad , que únicamen·
.te vive en los pechos de tres,
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guarro Ciu–
dadanos: nos lastimamos de aquella anti–
gua sencilléz, que servia de apoyo
á
las
buenas costumbres: gemimos baxo la po–
sesion de estos falsos placeres, <letras de los
quales
corre1nos,
no preparándonos nias que
infelicidades. Phocion , le decia yo ayer, no
me admiro que nuestros triunfos en el cur–
so de la guerra de Medo , nos hayan inspi–
rado una presuncion loca. Los homb1'\..
?–
tan criados mas para resistir
á
las desgi'kcias,
que
á
la prosperidad..Debíamos mantener–
nos con mas cuidado ,
y
ten¡:r obligados á
nuestros Dioses, para que nos acumulasen
sus beneficios
,
no permitiéndonos abusar
de ellos;
y
nos hemos dexado deslumbrar
imprudentemente de nuestras mismas glo·
rias. No hemos comprehendido , que esta
prosperidad desaparecerá breve , si abando–
mimos los principios
á
que la debemos. Muy
so-