DE PHOCIQf·
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cularidades, que no son ¡.-¿'¡:nos importantes.
Querido Aristias , contin1' \) ·sonriéndose ,
á
pesar de la severidad de m¡¡Moral, conozco
haberds escandalizado. Ei;.J nuestro último
Entretenimiento, me habeis dexado ver
vuestra adrniraciqn sobre mi silencio en el
amor á la
patria~
ved aquí las razones que
__k_causaron ,
y
juzgadlas. He creido deber
-,;a¡jlaros de las virtudes con el mismo orden
que ha de tratarlas la Política, para hacerlas_
en la práctica mas fáciles,
y
familiares. No
Del amor
á
hay , ni puede haber amor á la patria en los
I•
patria.
Estados donde ni hay templanza , ni amor
á
la gloria , ni respeto , y - veneracion á los
Dioses. Ocupado el Ciudadano consigo mis-
mo, se mira como extrangero entre sus
Conciudadanos ; y por el contrario , en una
República donde estan cultivadas estas vir-
tudes con cuidado, nacerá
el
amor de lapa-
tria de la patria misma , y producirá sin otros
socorros los frutos mas abundantes. Ved,
pues, mi querido Aristias , que no debe es-
tar incluido en la clase de estas virtudes, que
be llamado puras,
ó
auxiliares.
No sabré pintaros, amado Cleophanes,
la admiracion de Aristias á estos discnrsos,
pues aunque dominado de la sabiduría de
Phocion, no pudo contenerse en interrum–
pirle, y le dixo: ¿Y qué ? ¿Puede haber,
Phocion , alguna virtud , que no ceda al
a1nor