tan sus errores,
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·.
plos de vi::,
propios para instruir
á
lc'I
jóvenes en sus
obligaciones.
~l
Aun os hablaría del
or
á
la patria,
querido Cleophanes , si Phocion hubiera
querido éorrespoyder
á
la impaciencia con
que deseaba saber mas Aristias. Pongamos
J.í,¡¡¡¡,¡te
por hoy al exámen de las virtudes, de
que os acabo de hablar,. que mañana, nos
dixo, satisfaré vuestra curiosidad.
ENTRETENIMIENTO QUARTO.
D el amor
á
la patr,ia,
y
de la humanidad:
de las virtudes necesarias en una República
para prevenir los daños con que puede ser
amenazadá por las pasiones
de sus vecinos.
Nos babia dicho Phocion, que fuésemos
Aristias , y yo á su casa de campo , para te–
ner en ella nuestra quarta conferencia: así lo
hicimos ayer.
¡O
dichosa estancia, y afor–
tunada granja, amado Cleophanes, aquella,
que sirve de retiro al mas sabio de los hom–
bres ! Allí es donde Phocion , tan grande á
la cabeza de nuestros exércitos , medita la
salud de la República, y cultiva con sus ma–
nos vicroriosas la corta, y limitada heredad
que tiene de sus padres. La muger d e este.
hom-