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ENTREnENIMIENTOS
en la otra vida. Esta doctrina , fundada so•
bre la justicia de Jos Dioses, tan amada de
nuestra razon , y tan proporcionada
á
nues–
tras necesidades , solamente es terrible para
nuestras pasiones. Para sacudir el yugo de
un temor tan saludable,
e~
de admirar el
modo con que nuestros st.hsticos han des•
conocido este Supremo Ser, que es
el
prin::
cipio de todo ; y cuyo 1iornbre está
~scrito
con caracteres indelebles sobre cada parte de
sus obras. Dicen , que una
ridícul~
casuali–
dad, que todo lo babia criado, presidia to–
das las cosas. No sé qué género de Dioses
han fingido perezosos ,
y
torpes, cuyas mi–
radas no llegan á la tierra. Ese tenebroso río,
que rodea nueve veces la habitacion de los
muertos; esas floridas campañas, que babi–
pn las gentes, la rueda de Ixion , la estatua
de Prometheo, los Euménides , y sus ser–
pientes , son unas ingeniosas ficciones. ¿Pero
inferiré de aquí, que la virtud no .espera re·
compensa despues de la muerte; que que–
dará el vicio sin castigo; y que
e~
especie de
insensibilidad tomarse el trabajo de resistirá
las pasiones, y ser virtuoso l
No se executa repentinamente, y sin te–
mor la primera injusticia; pues espantada la
alma, regularmente la rehusa. Tiene, en una
palabra , sus grados
el
delito, que continuán·
dolos, se acostumbran los hombres á Ja mal-
dad: