DE PHOC!ON.
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nidad , que es su basa. Dexad
á
los Critias,
que sean pródigos en derramar la sangre : no
amcnaceis con la
muerte mas que
á
las almas
serviles, que son
culpables.en delitos , cuya
atrocidad no da indicios de la enmienda, 6
de recun;r
á
la
~irtud.
Es propio
O}
la estimacion pt1blica , que
siendo esta la recompensa del amor
á
la glo–
ha,
ella sola puede llevar nuestra alma
á
un
cierto grado de elevacion. No es conocer
los hombres el quererlos excitar
á
acciones
grandes de otro modo , que ó por una coro–
na de laurel, ó por dedicarles estatuas.
Es
envilecer la virtud , y profanarla el presen–
tarla un precio, que solas la avaricia; y la
concupiscencia pueden apetecer. Se diria que
el Rey de Persia mira la virtud , y el honor,
co1no una mcrcaderla ,
q
ne se
valúa ,
y
se
trueca
á
peso de oro , y plata. No temiera
la Grecia
á
Filipo, si no fuera mas habil que
este Monarca de la Asia : solo sirve su oro
para hacer, y comprar traydores entre no–
sotros : él nos lo derrama , y es avariento de
él en sus B.stados : manejando diestramente
la
estimacion pública con sus vasallos, co–
mienza
el
de Macedonia , donde anterior–
mente solo habia buenos escla,.os,
á
produ–
cir boy Ciudadanos propios para todas las
obl igaciones , y necesidades de la Sociedad,,
Quando la esperanza de adquirir riquezas
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lle-