DE PHOC"ION.
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servtran hoy los discursos de este liombre
eminente? Si Aristides,
y
Cimon hubieran
tenido entonces las costumbres baxas, v cor·
rompidas de nuestro tiempo, se hubieran
sublevado contra un proyecto, de que no
eran autores , y 'wbieran preferiqo
la
pérdi–
da de la
Repúbll~
,
y
la de toda la Grecia á
Ja zelosa ambicion de verla salvar por otro.
'E'Sta
fué
Ja honestidad de costumbres públi–
cas, que hizo
á
Temistocles ser un gran Ca–
pitan ( r) ,
y
vencer Jos Persas.
Pero no se incluye aquí todo, Aristias
amado : todas sus desgracias las ha debido
siempre la Grecia
á
los talentos de estos
hombres viciosos. Si el vicio fuera tonto,
j:tmas seria dañoso; pero quando se oculta
debaxo del entendimiento , entonces enga-
ña..
(1)
En tiempo de Aristides, y Temistocles eran competido·
tes sin aborrecerse los que gobernaban la República; 6 si eran
enemigos , no empleaban para perderse las ideas débiles, y en·
gañosas de la mentira, y el enredo: una noble emulacion les
llevaba á aventajarse unos
á
otros. El amor de la gloria , y de
la
patria apuraba Ja envidia, y los zelos. Siempre habian sido
contrarios Aristides , y Temis1ocles
~-
pero quando amenaió
Xerxes
á
la Grecia , cesó entre ellos coda competencia, y solo·
cuid:uon del bien de
fa
patria. Aun Pericles , que estuvo de,
seoso de gobernar
á
Atbenas, hizo llamar
á
Cimon de su des-
~¡~:~ 't'!uR~~db~Í~i~ ~n~~~~b~~~~~d!ºat~u~:d~~ª~!º~:~scf:¡~~~
"Y honestas eran las enemistades, dice Pluurco, y tan facil
"de apacigu:irse
l::t.
ira. No era :isi en tiempo de Phocion. Los
uOradorcs vendidos
á
Filipo, al Rey de Pc!rsi:i, 6 al motin
nde los Ciudadanos poderosos, eran unos hombres, en los que
"no tenian el menor lugar la verdad, el amor á la patria, y
~
nsus obligacionl!s."
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