94
ENTRETEN!MlENTOS
partir Jos favores , sino con los mismos mi–
nistros,
ó
instrurnentos de su gusto; cuida–
rá bien de no dar el G obierno de un Sátra–
pa
á
un hombre virtuoso , é inteligente, por·
que de este desconfia , y le teme. Para ser
grande en Persia , es
necesr
~o
ser un hombre
muy regular,
ó
envilecers~·
ocultando sus ta–
lentos.
E l Pueblo no discurre. Llevado natural–
mente de su ignorancia
á
dar·adn1iracion
á
todo aquello, que envanezca su impruden–
cia , su orgullo , su avaricia , su zelo, &c.
confundirá
lo
vano,
y
extraordinario con
lo que es verdaderamente sabio ,
y
grande.
No dudeis en esto, que él irá <letras de una
vanagloria de preocupacion ,
y
de moda , si
n o le pone en el bueno,
y
verdadero cami–
no la Pol ítica de concierto con la Moral. Se
separará de él , si se cesa un instante en
i
1us–
rrarle,
y
d irigirle ;
y
despreciará bien pres–
to por sus tun1ultuosos elogios
á
Jos que
aprecian el verdadero mérito, adornando
con el , de los que estan tocade>s del amor
á
Ja gloria, pero que no tienen la suficiente
luz para conocer donde sea forzoso bus–
carle.
Quando la Política ha llegado
á
conocer
Jo que es verdaderamente esti mable;
y
quan•
do haya, digamoslo así, pesado las virtudes,
de mas estimacion
á
las que son mas venta-
jo-