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b in ació n de los á tomos en el vacío, los que son
e tf' rn os é infinitos, es ta ndo s iempre . e n conti–
nuo rnovi•11i e nto, que une las cosas se mejant es .
La sola diferenc ia e ntre
lo:.; di oses
y
los hqm–
bres se hall a e n ciu e aquéllos está n compues·
tos de átomos· más g r;:i.ndes
y
sólidos que és–
tos. U n Ser Supremo no ex iste ,
y
e l principio
de la meta fí s ica ele De rnócrito es:
ce
de nada
nada se hace»
(ex mhilo
mlú!).
El cuerpo se
compon e de átomos 'ele fa ng-o ca lentados por
él
s0I,
y
el a lma ele á tomos es fé :·i cos d e fu ego su–
til. H ay clos a lmas: un a racio na l
y
ac tiva, que
reside e n el cerebro;
y
otra pa s i,·a
y
sensible,
en el pecho. Las impresio nes ele los se ntidos
resultan de las e man ac iones de los cuérpos, ele
donde nuestros conocimientos son debidos á
imágenes muy susceptibles de e rror. En mo–
ra l, ni e l bien ni el mal
tienen carácter abso–
luto, cifrá ndose la fe licidad e n un goce tran–
quilo.
Esta
filos ofía atea
y
mat eria lista contenía
además un e leme nto fun es t0:
la
burlesca ironía,
qu e ha hecho proverbial la ri sa de Drn1 óc rito
en contraposici ón
'i
las lágri mas de H e ráclito,
e ra la primera
11amac.laque e l escep ti cismo, e n–
cubie rto, hacía á .1<1.s pu e rt
1s
d el naciente san–
tuario de la filosofía (!rieaa.
..
<:>
D escollando entre las anteriores escuelas se
pre :>enta la Pitagó ri ca, cuy:i es pec ulaci ó n se
afana en pen e trar la ese nci a ele las cosas.
Pitágoras,
fi ~ ur.-t
culminante de la historia
g ri ega, ·fu é un sabio cuya vida se halla envuel–
ta e n e l mi s te rio. Viajó por e l Oriente, y su co–
muni cación científica con la India se observa en