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6 menos el mismo que se emplea hasta hoy; y el
tercero, modificando este caracter redondo dere·
recho, haciéndole inclinado, que denominó
curst'va
6
bastardilla,
que también se conserva hasta hoy y
es
más generalmente conocida con el nombre
ge–
nérico de
itdlica.
::::
Los grabados
sobre
madera, que
se
usaron
en muchas de las impresiones xilográficas, no tu–
vieron aplicación en las ediciones tipográficas si–
no desde el afio
r46I
en que apareció la edición
de las
Fdbulas de Ulrt'c Baner,
impresa en Bamberg
por Alberto Pfister, y que es recono-cido por la
mayoría de los bibliógrafos como el primer libro
impreso tipográficamente con láminas. Es cierto
que este primer ensayo de los grabados en tipo–
grafía es de una ejecución demasiado tosca y gro–
sera, pues fijándose tan :;.ólo en la primera lámina
de esta obra, se ven algunos nifios que más pare·
cen monos que seres racionales y que sólo se dife–
rencian de esos animales por el traje que llevan.
El
1467
el grabado en madera había hecho ya
algunos progresos, porque en la edición de la obra
titulada
Meditationes de Turrecremata,
impresa ·en
ese afio en Roma pvr Sweynheim, Pannartz y
Hahn,
en
las cuarenta y cuatro láminas que la
adornan se reconoce alguna modificación introdu·
cida en l:t talla, pues difieren del sistema puramen·
te lineal observado hasta entonces, y tanto el di–
bujo como el trabajo del grabado son de mejor
ejecución.
El arte de grabar siguió progresando paulati·
namente, y ya en
1486
había alcanzado cierto gra·
do de perfección, como se puede juzgar por la
obra de Breydembach titulada
Relación del <1iage
á
la Tierra Santa
y
Monte Sinaí,
impresa en M.:1gun–
cia en ese mismo afio por Erhard Renwich, en
cuyas láminas se observa por primera vez
el
dibu–
jo
sombreado por medio de la talla
de
líneas cru ·