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dito de su antecesor, pues dió
á
luz algunas obras
de importancia.
En 1478, Teodoro Rood, que se estableció en
Oxford, y Juan Letten que en 1481 también abrió
otra imprenta en Londres, fueron los pocos im·
presores que han habido en Inglaterra en la Últi·
ma mitad del siglo
xv.
:
En Austria y en Hungría dió también la Im·
prenta, en sus albores, muestras de su existencia,
pues en 1473 Andrés Hess se estableció en Buda–
Pesth; en 1476 Hermano Schindeleyp. en Trento:
en
1480
Schenck, en Viena; en
1483
Bartolomé
CcA1falnnario de Soiodio, en Tarvis; en 1498 Martin
Van Tischniowa, en Kutemberg; y en
1500
Con–
rada Bomgathem, en Olmutz.
:
Suiza vió también nacer la Imprenta en sus
albores. Basilea fu'é !a primera ciudad que gozó
del beneficio de este arte, pues en 1474 los socios
Bernardo Richel y Bertoldo Rodt se establecie•
.ron allí: después, en
1478,
siguió Ginebra, donde
Adam Steinchaber ejerció la tipografía;
y
última–
mente Friburgo, que en 1493 tuvo el taller de Ki–
lianis Piscator.
:
Portugal, apesar de su proximidad de Espa·
na donde tanto floreció la Imprenta
á
los pocos
anos de su descubrimiento, vino á e-ozar algo tar·
de de las ventajas de este arte, porque sólo en 1485
fué
~ue
los socios Nicolás de Sajonia y Valentin
de Moravia lo llevaron
á
Lisboa; y once anos des·
pués, en 1496, Abraham Dortas estableció otro
taller tipográfico en Leivia ; sin que tengamos co–
nocimiento que en ninguna otra ciudad de Portu–
gal se haya introducido la TipograHa en el curso
de la última mitad del siglo
xv.
.:::;::
A Portugal siguió Suecia
y
Noruega, esta·