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nocer los secretos de este arte,
y
al efecto corni ·
sionó
á
Nicolás
J
ensón, uno de los más hábiles
grabadores de monedaf. en Tours, para que estu·
diara' secretamente en Maguncia las_operaciones
de esta invención; pero á consecuencia, sin duda,
de los acontecimientos políticos que se desarrolla–
ron después en Francia, J ensón no regresó alH, si·
no que se dirigió
á
Venecifl, doncie se estableció.
Luis XI, que sucedió
á
Carlos VII en el trono,
instigado también por el deseo de introducir este
arte en sus Estados, hizo venir á t'aris, en
1469,
los tres tipógrafos alemanes Ulric Gering, Martín
Krantz
y
Miguel Friburger, que establecieron su
taller en una de las salas de la So rbona, local que
les fué cedido por orden del Rey. No tardaron los
tres impresores en producir el resultado que se es·
peraba de sus esfuerzo!', pues en ese mismo afio de
1469
dieron
á
luz una
Bz'blt'a Sacra,
y al año siguien–
te la obra titulada
Gaspart"nz' Barzz'zii Pergam inm–
sú tjJistola!,
el
Speculum v ú re humana!
de Rodrigo
Zamorano, y después diez ó doce obras más que
aparecieron sucesivamente á luz. De 1a
Biblt"a Sa–
cra
dieron una segunda edición entre los años
1473
á
1477,
la que im primieron entonces en su
propio establecimiento situado en la calle de San
Jacobo, designado con el letrero de "Al Sol de
Oro": al fin de esta
Bz'blia
se hulla el siguiente
quinteto:
Ja.m tribus un decimus lustris Francos Ludovicus
Rexera.\, Ulricus, Martinus, itemque Michael.
Orti T eutonia, h ane mih i composuer e figuram
Pa.risii arte sua.: me correctam vigila.nter,
Vaenalem in vico Jacobí Sol Aureus offert.
Pedro de César ó Césaris y Juan Stol, discípu–
los de
los tres primeros impresores de París,
fundaron un nuevo taller tipográfico en el mismo
barrio dond e sus maestros se hallaban estableci–
dos,
y
dier n
á
luz va rias obras en los años que