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to tipográfico, una larga y selecta serie de obras
clásicas de autores griegos y latinos, de las que se
citan las de
Arútóteles, Platón, Teócrito, Hesiodo,
Teofrasto, Ptolomeo, Higinio, Laetus, Ariotófanes, Lu–
cano, Dioscórides, Filón, Apolonio .Dfscolo, Hépsicles,
Firmz'co Materno, Teognzs, Bll
mides, Spensipo, Las–
carz"s, Jámblico, ¿Wusuro, Gaza, Bessart.ón, etc., etc.
A más de estos prominentes impresores vene–
cianos, es justo recordar también á Cri stóbal War–
daler, Juan de Colonia, Juan Menthe11, Nicolás
de Coutengo, Juan Magno Herbert, Nicolás Lo–
rente, Juan Hertezog, Andrés Teresa ni, La piada
y
otros, que han contribuido todos al esplendor de
la Típograf'!a veneciana.
·
N o solamente Roma y Venecia han sido fa vo–
recidos con l0s beneficios de la Imprenta,
SÍl'lO
que ,
este arte se propagó con rapidez en las demás ciu–
dades de Italia,- como lo hemos dicho ya- don–
de igualmente han descollado hábiles tipógrafos,
como los hermanos Enrique y Nicolás Bechter–
muntze y Wigando Spyes, en Elfeld; Bernardo
Cerminus é hijo, Antonio Miscomino, Bernardo
Neoli Bonacurcio y Pedro Delfino, en Florencia¡
Baltasar Azzoguidi, Hugo Rugerio, Domingo Ber–
doco, Abraham Chajim y Platón de Benedicto, en
Bolonia; Sixto Riessingen. Matías Moravus, Ber–
toldo Rying é hermanos Bartolomé y Lorenzo de
Bruschis, en Nápoles; Bautista Sacerdos y Pablo
de Butschbach, en Mantua; Andrés Postilla
y
Es.
téfano Corallo, en Parma; Juan de Verona y Boni–
no de Bonini, en Verona; Antonio de Carchana,
en Pavía; Andrés Belfortis y Lorenzo de Rosso,
en Ferrara; Bartolomé d{) Valdezechio, Martín
de Septem Arberibo y Pedro Maufer, en Padua¡
Emilio de Orfinis y Numeister, en Folignoj ,Juan
Reynardi
y
Gerardo de Lisa, en Trevisa; Teodori–
co Martens, en Alost; Juan
Bonm~s,
en Savona;
Matías Moravus y Miguel de Menache, en Géno.
va;
Leonardo de Achates, en Vizencía; Abraham