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el primer libro que apareció con el título de la
obra en página separada al principio, los mismos
que también han producido otras ediciones no1a.
bies como la
Húton·a Natural
de Plinio, La
Ciu–
dad de Dios
de San Agustín, los
Ana/u
de Tácito,
las
Obras
de Lactancia
y
de Boccacio, los
Comm–
tarios de las Obras de Prmponio Mella
por Cochio,
los
Commtarz'os de las Dccretaüs del Abate Panormi–
ta,
y
nlgunas más; ediciones todas de un mérito
indi!'putable , principalmente la
Cz'udad
de
Dt'oJ,
que
· fué el
clzefd'ceuvre
de Juan de Spir'c:l, (que falleci ó
á
los pocos arios de haberse establecido, quedando
Vindelin sólo al frente del establecimiento), pues
si nos hemos de atener al testimonio de este últi–
mo, su henpano Juan "ensefló á los venecianos co–
mo se podía escribir en tres meses cien volúme–
nes de:: Phnio
y
cien de Cicerón,''
e
,mo lo procla–
ma en el siguiente terceto:
Qui docit Venetos exscribi posse Joauaea
Meses fere trino centena. volumina. Plini
Et todidem magoi Ciceronis Spira libellua......
Bautista de Tortis, otro célebre impresor vene–
ciano, fué el reformador de los caracteres llama–
dos
letra
de
suma,
que obtuvieron tan buena aco
jida, que los libros en que se emplearon se les dió
el nombre de "impresiones de Tortis." Entre las
ediciones notables hechas por este tipógrafo, figu–
ran los
Commtan'os
d~
Aristóteles
de
A
\'erroes, las
Obras de Suctot:io,
la
Relación dt' T"iagcs dr Marco
Polo,
el
Epitome
úz
Almagestttm Ptolomai
de Juan
Muller, la
Vide de
A~n·cola
de TácJt'J, la
Práctica
de
gritudinibus
de Juan :.\tiguel Savonarola,
y
So–
brc
la materia mtdica
de Pedamio Dioscórides.
Aldo .Manucio, el jefe de una f¡:milia de impre·
sores qu e se hizo célebre en Venecia, descolló por
haber emprendido en esa ciudad, en
e~
espacio de
~liez
anos que estuvo al frente de su establecimien·