•
-
244-
'
hor de la Concmcio,
de Bernardo Fenollar, por
los soéios Alonso Fernandez de Córdova. y Alber–
to Palomar, que fueron los primeros que llevaron
la Imprenta en esa ciudad.
Después de Barcelona y Valencia, se propagó
el arte tipográfico
á
las demás ciudades de Espa–
!'ía, primeramente, á Sevilla
y
Zaragoza en
1475,
y
después, á Burgos en
1478,
á Toledo en
1480,
á Sa–
lamanca en
1481,
á
Zamora en
148z,
á Gerona en
1483,
á
Mallorca en
1485,
á
Murcia en
r487,
á Opor–
to en qgo, á Pamplona
y
á Valladolid en
1492,
á
Montet rey en
1494,
á Granada en
1496,
á Lérida
en
1498,
y
á
Tarragona en
1499·
Los tipógrafos que más han sobresalido en Es-
pafia y cuyos nombres debe recordarse,
de~pués
·de Juan Gherling, Alfonso Fernandez de Córdo–
va
y
Alberto Palomar, son: Pedro Posa, Pedro
Bruno, Nicolás Sprindeler y Juan de Rosembach,
en Barcelona; Mateo Flandro v Pablo Hurus, en
Zaragoza; Antonio Martinez, Bartolomé Segura,
Alfonso del Puerto, Pablo de Colonia, Juan Pegni–
cer, Meynardo U ngut
y
Este van Polono, en Se vi;
lla; Leonardo Aleman
y
Lupus Sanz, en Salaman–
ca; Juan de Burgos, en Burgos; Arnaldo Guillen
de Brocar, en Pamplona; habiendo contribuido
todos á enaltecer la Tipografía espafíola con las
selectas producciones que han dado á luz, pues
incuestionable es, que las bellas ediciones de ese
tiempo atestiguan el grado de altura á que lle–
f!;Ó
en Espafia el arte tipográfico en su época em–
brionaria.
:::::
Así como en Italia y en España el arte de la
Imprenta se había manifestado desde un principio
por algunas producciones tipográficas, del misrno
modo no tardó en dejar de ser misterio para los
sabios de Francia de ese tiempo. Desde el afio
1462.
oyendo Carlos ,VII hablar de la invención
de Guttemberg, tuvo este monarca deseos de co-