innovación que por primera vez apareció en la
edición de la obra de Werner Rolewinck im–
presa en ese afio en la indicada ciudad con el tí–
tulo de
Fascicu!us temporum,
prevaleciendo desde
entonces hasta hoy el. uso de foliar las páginas con
números arábigos.
El mismo Juan de Spira fué el primero,- como
lo hemos dicho ya en otro lugar- que introdujo
.en la Tipografía la invención de la portada 6 cáratu–
la en la edición de las
Epistolas de Ct"cerón y Plim'o,
q~e
imprimió en Venecia en
1479,
edición tan notable
por la belleza y elegancia de su trabajo tipográfi–
co, que le valió la concesión de un privilegio ex·
elusivo de esta obra, acordado por el Senado de
la República veneciana: desde entonces los demás
impresores han seguido la norma iniciada por
Spira, y hasta hoy todos los libros llevan su por.
tada respectiva.
No se sabe á punto fijo cual fué el impresor que
primero hizo uso de las signaturas al pié de la pri·
mera página de cada pliego impreso, pues algu·
nos autores atribuyen esa innovación á los socios
Juan de Colonia y Juan Menthen, que imprimían
en Venecia hacia
1471,
y otro" la atribuyen á Juan
Koelhof, impresor de Colonia en esa misrna época.
El hecho es, que esas signaturas -que tienen por
objeto' el facilitar la colocación de· los pliegos de
un libro por orden correlativo para encuadernar–
lo- aparecen por primera vez en la obra titulada
Lectura super codt"cem,
de Pedro Balde de Ubaldi<:,
impresa en Venecia en el citado ano de
1471
por
los referidos socios Juan de Colonia y Juan Men·
then, los que adoptaron primero las signaturas
con letras del alfabeto: estas signaturas, en una
obra bastante voluminosa, se repetían por series,
de manera que los últimos pliegos tenían
á
veces
hasta doce ó más letras iguales, lo que formaba
un contraste algo chocante. Para obviar este de–
fecto, Ulric Zell, impresor de Colonia, tuvo la idea·