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B. PÉREZ G
ALD6s
con su sobrina sobre cualquier materia sagra..
da
ó
profana. Autorizábala benévo]amen,tq
P
para decir cuanto se
l~
antojara; le pregnn'tn..
r
-ha
mil cosas frívolas que ae ningún mo r"o
po
dían interesarle,
y
.ha.cla comentarios Eobre
r
los diversQs sucesos ,qrre ocurrían en Ficóbri ...
ga, pues también allí había sucesos.
~
Tenía en tanto aprecio
á
su secretario,
~r
f
doctor
~López
Sedeílo, que en ninguna cosa
grave ponía mano sin·
consultarl~,
p.orser Se..
deilo teólogo eminente
y
gran sabedor de cá–
nones; de alg*n tiempo acá se había dado el ,
/
secretario con exceso
á
los negocios políticos,
y
leía-' con afán los periódicos
y
aun escribía
algo en ellos. Si al prí ncipio desagradó esto
á
D.
Angel, pronto se fué acostumbrando,
y
acabó por alabarlo, considerando que , los
I
tiemp~s
exigían tomar las armas. No faltaron
malicios'os que en las antesalas del Palacio
episcopal de
***
murmuraron de
la
excesiva
preponderancia del doctor Sedeílo en los con–
sejos de
Su
Ilustrísima,
y
hubo quien, por
mote, llamó al leal servidor
y
amigo
le p etit
Antonelli.
Pero de estas pequeñeces , que qui :'
zás fueran malignidades,
tiO
nos . ocuparemos
aquí. Otros decían que Sedeílo era muy
80-
berbio
y
aspiraba al episcopado de
.*.,
cuan–
do fuese trasladado D. Angel.. como se aoan-