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B. PÉRE'Z GALDÓS
"
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D. ,Juan, per.o le ganaba en
v~rdadei'a
piedad '
' y ,en dulzura ,de
sentimient.os; y aunque tocan–
te
á
materias dogmáticas
profes~ba:la
doctrina
de la intolerancia en el vérdadero sen-tidó'te'o-
,
-
lógic.o, n.o en el
vu]g~r
se ésta manoseada
pa~
labra, la viva compasión que sentía hacia los
I
•
err.ores ·, de nuestros
éontempótáne.osp'arec~a '
"
~tenua'r
el rigor de sus
ide~s.
St'
igrior~
lo qlle
, D. Angel ha:In·fa
hec~o
si hubiera tenid.o en el -
huec.o"de ,la mano
á
la pecad.ora sóciedad pre–
sente. En cuant.o
á
D. Juan, es
segu~o
,qué la
habría echad.o al fueg.o, quedánd.ose después'
con la c.onciencia, n.o sól.o tranquila, sino sa·'
tisfecha de haber realizad.o el t>ien.
.
En las prácticas religiosas
el~D.
Angel in.. '
tachable. N.o se le podía tildar ni de flaqueza
ni de exces.o de cel.o. Jamás ' desmayó en sus
deberes de Prelado; jamás extremó la letra
á
expensas del espíritu.. En sus ratos de vagar,
recreaba el ánim.o '
c.onpiad.osas .lecturas, y
eborrec~a
los periódicos" de cualquier p'artid.o
que fuesen. En Ficóbriga, como los nlédicos
le .ordenasen
una~ vida
tranquila
y
que huye–
se de lecturas taciturnas
y
mentales trabajos,
gustaba de pasear por el j ardín, con,templan–
do las muchas
y
bellas fl.ores, y .oyendo las
explicaciones de su s<?brina acerca del tiemp.o
V
co.udicioues en que cada una se criaba.
.
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