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I
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B. ' PÉREZ
GALiJ6s
tus pies; aquí está el · que se
v~n.agloriaba
de
no pertenecerte jam·ás, el que ha
trata~o
de
enaltecer
á
los suyos para apartarles de caer
en tí; aq!)í está el más soberbio de tus enemi–
gos.•.
»
Y
yo he de decir
á
mi Jehová: cYa no
te pertenezco. Soy como el siervo
á
quien
BU
amo ha distinguido, poniendo en él.toda
su
confianza;- y
he
aquí que
~este
ingrato siervo
- huye
de
la casa de su Sefior, robándole,
y
des.. .
pués va
á
casa del enemigo_
y
pide salario,
y
escarnece
á
su antiguo Seilor... '
y '
todo
¿por
qué? por una mujer... por un amor poderoso,
irresistible, pero 'que
es
cosa terrenal,
y
por
W1
hij<?
qUe adoro, pero que es
un
pobre gusano,
indigno de atención
desde
el momento en
qUi}
aparece
á
su lad'o la presencia aterradora
y
sublime del qne hizo los cielos
y
la tierra...
»
Al llegar aquí , su pensamiento, sin pausa
ni intermedio alguno, le puso
d~lante
el
pri–
mer hemisferio.
. .cPero es que
al
considerar
la
desgracia de
la amada de mi corazón, he de recordar
que
yo soy autor de ella. Yo, yo solo be
causado
desdicha tan lastimosa . Ella era
pura
y
feliz;
yo
turbé
la paz de su corazón,
arrastrándo18
á
la
ignominia;
yo
la
arranqué
de
aquel
cielo
hermosísimo
en que
vivía su alma,
y
la. preci..
pité
en las tinieblas; ahuyenté de su lado
á
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