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..
XVI
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Prisionera.
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-
J
cLo contrario me pasa
~
mí-dijo
Mor,~on
abl'azando tierna.liente
á
la
joven,
á
despecho
de
ella.-:-
YOr-te busco, te llamo, te
quie~o. ·,
Gloria luchaba por desasirse y huir. «No te
librarás .de mi por ahora" afirmó Daniel.
.
Sentóse
en
una gran piedra del camino, sin
dejar de sostener
á
la joven en los brazo.s,
y
la
puso sobre sus rodillas, cual si fuera la carga"
/ más ligerl;\.
'
--
cAquí, aquí has de ,estar,
aunqu~
no quie·
ras-repitió con- turbada lengua,
y
estrechán–
dola más en sns brazos de hierro. - Ahora es
mi vez, ahora me toca
á
mí fortificar. No te
.soltaré, vida mía, que h.e conquistado-. ¿Ves
cómo. no se puede huir .de los que nos aman?
Te sepult1\ría,s
en
la tierra,
y
la tierra se abri–
ría para ponerte en mis manos. Gloria, Glo–
ria,
¿por qué me has cerrado tu puerta, por
qué huyes de mí?
-Déjame-repitió.ella,-déjame. Mientras
más me contraríes, mayor será el miedo que .te
I
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