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B. PÉREZ HALOÓS
que Teresita, ó sea el
Oonfesonario de Ficó·
briga,
satisficiese su ardiente necesidad de
con~
tal' todos los secretos de la villa.
La
tercera, ó sea la que
sé
ocupaba en arre–
glar las flores, era la más joven de· las. tres,
y
si
se q uiere,_la más hermosa, ' pues había en
su
rostro vestigios de una belleza varonil
y
-provocativa . Llamábanla comunmente la
Go–
bern~dora
de las arma.s,
por haber sido esposa
. de uno que
Gomp'oni~
.armas,
ó
que las
gobcr - .
naba,
como es uso aech: .
D~t1a
Romualda era
florista
y
braguerist'a,
y
así consta en ]os esta- .
dos de la contribución
r '
donde puede .verlo
quien dude de las múltiples habilidades
d~
esta seilora. La muerte repentin
a
del
go~erna.
dor de
las armas
la había dejado viuda; pero
ella se sostenía regularmente, aunque .no está
averiguado que lo h iciera con
la
virtud de
aquellas dos preciosas industrias.
Respecto á Teresita la Monja, debq- ailadirse
que era flaca
y
lustrosa
y
su piel al modo de
p laca cobriza: las lualas lenguas de Ficóbriga
decían de ella que se frotaba todas las mafia–
nas largo rato con poI vos y an te para sacarse
brillo.
E ra su
perfi l
á
lo griego, de líneas rec–
tas formado; pero con cierta indecisión ó
va–
guedad,
á
la manera ·de moned a gus tada por el
uso.
Sus
oj
nelos grises,
y
á veees dorado9