GLORIA -
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Además. D. Buenaventura no habia declarado
I
la~uerra
á
la generación presente, como su
hermano! tenía
~n
carácter más franco, ·con- .
tiencia menos rigoridta, pensar más
eJá~tico,
!\unque muchn menos .brillante, facultad de
. 14aptación qQe
aquél
no conocía;
y
á
causa
de estas pren,das, que cada cual juzgará como
mejor le acomode,
y
del lisonjero estado de -
sus a.suntos,
inclin~base
á
creer que el mundo ·
no iba tan mal como alguien decía,
n~
que la
socjedad presente era
la
más ·ruin
y
ex~crab~e
de las sO'ciedades posibles.
.
La muerte de D. -J uan , á quien amaba con
delirio, hizo en su espíritu efecto
desastr~so,
y
la desgracia de su adorada. sobrinita le tenía
sin consuelo. En Marzo del afio siguiehte á la
catástrofe llegó
á
]ficóbriga. Sus paisanos se
alegraron de verle,
y
corrió la voz ,de que Don
Buenaventura proyectaba algo muy intere–
santé 'pal'a su faluilia
y
para el buen nombre
de su hermano difunto
y .
d~shonrado.
¿Era
esto verdad? No queda duda de que su mente
trabajaba. Veíasele pasear por la .playa, ó de–
tenerse lru'gas horas en el cementerio, exami–
nando el sepulcro que se estaba construyendo
para su hermano, ó vagar solo por
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alrede–
dores de la casa, huyendo de toda. amistosa
comp~nía,
COll
las manos
á
la espalda, la
ca-
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