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B. PÉBEZ GALDÓS
aquel afio habría procesiones, regocijp de que
estuvieron privados los anteriores
á
causa
.de
la
,pobreza del clero
y
lastimosa deeadencia'
del culto.
.
.
y '
aquel
afio
habría procesiones, porque
ofrecieron costearlas de su bolsillo particular
dos ben.eméritos ficobJ;igenses, el Excelentísi–
mo ·Sr. D. Buenaventura
y
la setiora Dotia Se–
rafina de Lantigua, hermanos de
p.
~!lgel
y
del difunto
D.
Juaq Orisóstomo, que falleció
repentinamente
el
día de Santiago del afio an–
terior. En
.el
capítulo
IV
de la Primera Parte
se hizo rápida mención de estas dos estimables
personas; mas no era entonces ocasión de
h~blar
mucho de ellas: ahora sí.
l
• Venturita
y
la Serafina-dijo
á
sus amigas
en el
pórtico de la Abadía la esposa de Don
Juan Amarillo ,-han venido
á
~~icóbriga
con
el
obj eto que todos sabemos,
y
cuanto digan
de arreglar la testall)en taría del Sr.
D.
Juan
es farBa
y
en~edo
... Aquel desgraciado sefior,
aunque lDurió como
si
le partiera un rayo,
dejó ,8UB intereses
y
SUB papeles en orden com–
pleto..• Pero es preciso decir algo para que
el
público
no
se fije en la verdad . •.
¡Ah,
la
ver–
dadl
¡Bienaventurados
10B
que,
como
yo,
la
por e por e cima de
todas las
cosasl •••
Y
la
ver ad es que•.. •