r
18
B. PEREZ GALD6s
, veo dispnesta
á
e~o
que
el mnndo.
llama
tran–
sacción_,
justo medio
ó
no. sé
q~é.
Piénsalo
bien,
y
dí
si en:
este
caso
bOI'rible
puede
ha- ·
cerse más que aceptar
01
golpe que el Sefior
S8
h~
dignapo descargar sobre
nuestr~
familia, –
al
?rumárido.lad~ _vilipendio;
dime
si es
posible
otra
cosa
más
que
,$ucumbir
gimieDd~,
y
llo- -
rar nuestra
deshonra,
haciendo todo lo posi–
ble
para
que
no
se
divulgue
lo- que
no
debe
d.i
vu
19arse.
-y
al fin
ser' del
dominio público.
-No.••
-dijo
vivamente
Sel"afinita ,
con
cierto orgullo.-Hay algo que
no
se sabrá
/ nuriea,
al menos por ahora••. Mi prudencia
responde
de ello; mi
dis~eción
me
asegur~
que
en
8S0 DO
picarán
la8
viperinas
lenguas
.de
Ficóbriga.
.
- También en eso
picanln•••
-Pues
sea
lo
que quiera•.. Si Dios dispone
que
la
vergüenza
aumente, aumentará. A
to.doestoy-
preparada.
Ya
nada
me
espanta.
El
S~fior
ha querido
probarnos.
¡Bendita sea su
manol
-¡Bendita
seal-repiti6
D.
Buenaventura.
-No.:
tú
no puedes decir eso-objetó vi-
vamente Serafinita.-Tú no puédes
bondecir
la
maDO
que nos ha herido, porque quieres
rebelarte
contra ella; q uieres
hacer
ahí
una8
~